La selección nacional de gimnasia rítmica conquistó en Tallin el Campeonato de Europa más exitoso de su historia. El conjunto dirigido por Alejandra Quereda, e integrado por Inés Bergua, Andrea Corral, Marina Cortelles, Andrea Fernández, Lucía Muñoz y Salma Solaun, logró un triplete dorado sin precedentes y devolvió a España a la cima continental tras más de tres décadas de espera.
Un pleno de oros para la eternidad
La selección española se proclamó campeona de Europa en el concurso completo, una hazaña que no lograba desde 1992. El equipo sumó un total de 53,800 puntos, superando con claridad a Israel (plata con 49,500) y a Hungría (bronce con 48,150). España cimentó su oro con dos ejercicios sobresalientes: 26,100 puntos en cinco cintas y 27,700 en el ejercicio mixto de dos aros y tres pelotas.
Pero la gesta no se detuvo ahí. En la jornada final, las españolas se impusieron también en las dos finales por aparatos, logrando el oro en cinco cintas (25,300 puntos, por delante de Francia e Italia) y en el ejercicio mixto (27,700 puntos, superando a Ucrania y Alemania). Así, el equipo firmó un pleno de tres oros en Tallin, un hito nunca antes alcanzado por la rítmica nacional y que confirma el inicio de un nuevo ciclo ilusionante tras el sabor amargo en la cita olímpica de París 2024.
Dominio y excelencia en el tapiz
El dominio del conjunto español fue incuestionable durante todo el campeonato. En la final del ejercicio mixto, España deslumbró con una ejecución precisa y una interpretación artística sobresaliente, recibiendo la mejor nota tanto en dificultad como en ejecución. En cinco cintas, la diferencia con sus rivales directas fue también significativa, reflejo de la solidez y madurez de un equipo que no dejó margen a la sorpresa.
Este triplete dorado devuelve la ilusión a un deporte que llevaba 33 años esperando un éxito de semejante magnitud en el ámbito continental. El trabajo de Alejandra Quereda y sus pupilas ha dado sus frutos y abre la puerta a un futuro prometedor para la rítmica nacional.
