Será una lucha sin cuartel. Una carrera de seis partidos a cara de perro con el sueño de comprar dos billetes para la próxima Champions League. Estará lejos de cualquier paseo en plena calle Colón, donde uno si desea algo con glotonería y avidez solo tiene que ingresar en un comercio y obtenerlo. Aquí el anhelo no es suficiente. Se tendrá que batallar mirando a los ojitos, como acuñaba el gran Luis Aragonés, sin margen de error. Valencia, Atlético de Madrid y Sevilla, separados en siete puntos, se jugarán en un mes el trabajo de una temporada. Los de Nuno buscarán, sin quitar ojo a los perseguidores de Nervión, entrar de forma directa en la próxima edición de la Liga de Campeones. Peliagudo y espinoso afán ya que los colchoneros, tras su eliminación de la máxima competición europea, solo tendrán el desgaste del torneo doméstico. Tres grandes escuadras preparadas para la cruzada final con el único objetivo de escuchar a partir del próximo mes de septiembre esa dulce melodía compuesta por Tony Britten.
Centrándonos en el Valencia es una obviedad que todo lo que no sea sumar 15 de 18 puntos será complicarse la existencia sobremanera. Excepto la visita al Santiago Bernabéu en la 36ª jornada, se dispone de un calendario para ser relativamente optimista. El próximo lunes recibirá en Mestalla a Granada y, posteriormente, a Eibar y Celta. Rayo Vallecano, Real Madrid y Almería en la última jornada, serán los rivales que el Valencia tendrá que doblegar fuera del feudo blanquinegro. El estado de forma, la profundidad de sus plantillas, la madurez de sus jugadores y el trabajo de varios años en sus opositores hacen que un error inesperado pueda ser irreparable. Para que no suceda, el técnico luso dispondrá de la plantilla al completo, incluidos Enzo Pérez y Pablo Piatti, una vez han superado los problemas musculares que les apartó de la competición durante algunas semanas.
Solo el Sevilla estará pendiente de dos competiciones. Su clasificación para semifinales de la Europa League tras eliminar al Zenit puede ser crucial para que su atención en Liga sufra distracciones. Ahí es donde el Valencia ha de hacer valer su aplicación exclusiva en el campeonato liguero y, al menos, asegurar un cuarto puesto que se ha puesto carísimo esta temporada. La Champions solo la asegura la tercera plaza pero entrar en la previa sería un buen caramelo que tendría que esperar a agosto para su desempaquetado y degustación. Alcanzar al Atlético de Madrid y derrumbar a golpe y porrazo esa puerta con vía directa a la fase de grupos es más complicado. Por la fortaleza anímica instaurada por el Cholo con el paso de los años y por disponer desde el pasado miércoles de una sola competición hasta final de temporada.
Difícil pero apasionante pasaje el que le espera a la armada de Nuno Espirito Santo hasta el 24 de Mayo. Los tres tenores en búsqueda del mejor teatro. Tres antílopes ungulados preparados para comerse la hierba. Tres gallos para dos corrales de Champions. Que comience el espectáculo.
