Tommy Robredo colgará la raqueta en Trofeo Conde de Godó 2022, que se celebrará del 16 al 24 de abril en el Real Club Tenis Barcelona. Un escenario inmejorable que verá despedirse al catalán de un deporte que le ha acompañado toda su vida.
No obstante, tras ello, participará en el Torneo Tenis Playa de Luanco en la semana final de julio como homenaje en un evento que se reanudará tras nueve años de interrupción y con un cartel que completan Pablo Carreño, Feliciano López, David Ferrer, Daniel Rincón y Miguel Avendaño.
El de Hostalric, a sus 39 años, ha tomado la decisión de retirarse con cerca de 900 partidos a sus espaldas y más de dos décadas compitiendo en el circuito masculino del tenis mundial. En él, su dilatada carrera le ha llevado muy lejos con 2006 y 2007 como años más destacados de su trayectoria profesional.
Instalado ahora en el 343º puesto del ranking mundial, Robredo llegó a ser número 5 en agosto de 2006. Por aquel entonces, estuvo más de 100 semanas entre los diez primeros de la tabla. Firmó los cuartos de final de Grand Slam en siete ocasiones, fue miembro de Copa Davis en 2004, 2008 y 2009 y campeón de un total de 12 títulos ATP hasta la fecha.
Robredo deja una estela de buen hacer y gran tenis por las pistas del mundo. “Hace tiempo que sabía que me iba a retirar, pero la pandemia lo ha retrasado todo”, comentó en declaraciones a la agencia EFE acompañado por David Ferrer, director del ATP 500 de Barcelona y gran amigo del jugador catalán.
En la ciudad condal ganó en 2004 y fue finalista en 2006. “Será espectacular ver a mis amigos en el Godó. Uno conoce las voces y será una sensación mágica. Ahora vienen tiempos para dedicarme a mi familia, en especial a mi hija. Hasta ahora no tenía nada que me llenara más que el tenis, pero ya lo he encontrado”, señaló haciendo alusión a una pequeña que vino al mundo en marzo del curso pasado.
Robredo apenas ha jugado dos partidos en este 2022 después de varios años compitiendo en el circuito Challenger. “Soy un guerrero de la vieja escuela. Me he cuidado mucho y, dentro de lo que cabe, las lesiones me han respetado lo suficiente. Si he podido seguir jugando es porque amo el tenis y no me cuesta despertarme por las mañanas para ir a entrenar. Hasta el día que tuvimos que encerrarnos, lo hice al cien por cien”.
El jugador español llegó a formar parte del elenco de tenistas de la Copa de Maestros del año 2006 y fue capaz de doblegar a dos miembros del Big Three: al suizo Roger Federer (en octavos de final del US Open 2013) y a Novak Djokovic por partida doble (octavos de final del Masters 1000 de París-Bercy 2005 y Cincinnati 2014).
Ahora reconoce que el tiempo pasa para todos. “Somos afortunados, la raqueta fue nuestro hobby. Ahora toca empezar nuevas etapas”, indicó. “He ido aceptando que mental y físicamente ya no estaba como antes. Uno va ganando años y perdiendo ranking”.
¿Qué vendrá después? Esa es la pregunta que hasta el propio Tommy se hace a sí mismo. De momento, el catalán no tiene nada previsto. “Haré algo que me ilusione y a lo que pueda dedicar la misma pasión que le he puesto al tenis. No se me hace duro ni difícil. Lo hago porque quiero y toca. Son muchos años, desde muy pequeño. He dado todo”.
El tenis español pierde, con su ausencia, a una de las espadas más prolijas y longevas de los últimos tiempos.
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