Wayne Rooney irrumpió en la Premier League transmitiendo la sensación deque iba a dominar el fútbol inglés durante más de una década. Que era la solución, la pieza clave en la que se iba a sustentar la selección de los ‘Three Lions’ y volver a reinar en Europa y el mundo. Aquel chico pecoso, de piel blanca, no muy alto ni muy guapo estaba llamado a ser un icono. El antihéroe. Todo lo contrario que Beckham o Michael Owen, el chico malo que amas u odias.
Sus primeras actuaciones con el Everton maravillaron a toda Gran Bretaña y Sir Alex Ferguson, más listo y rápido que nadie, lo reclutó para el Manchester United. Allí lo ganó todo, conquistó los corazones de los aficionados de los Red Devils y se convirtió en una leyenda de Old Trafford. Forjó su propia imagen icónica, como Michael Jordan con su famoso logotipo, cuyo cenit fue la chilena que marcó ante el Manchester City y su celebración mirando al cielo, sabiendo que el trabajo por el que lo mandaron a la tierra había sido cumplido con creces. Nadie olvidará nunca ese gol.
Sin embargo, son malos tiempos para Wayne Rooney. El ’10’ ha sido segundo punta goleador (con su máxima cuota en 34 tantos), jugador de equipo que complementa a la estrella (Cristiano), jugador de banda, única referencia en punta, temible pareja de Robin Van Persie en la última gran temporada del club y hasta medio centro organizador si el contexto y entrenador lo requerían. En definitiva, Wayne Rooney lo ha sido todo en el Manchester United y ahora su tiempo está cercano a apagarse. José Mourinho no cuenta con él y la grada del Teatro de los Sueños no lo siente ya imprescindible. Ante su posible adiós, se abren dos opciones de futuro si su situación no mejora:
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La opción romántica
Como todo cuento de hadas, el final feliz sería ver a Rooney de vuelta en Goodison Park, donde lo quieren de verdad. El Everton lo quiere -Ronald Koeman lo ha reconocido-, la grada lo desea y sería el broche de oro a una carrera ejemplar. No ha podido darle a Inglaterra un gran campeonato internacional pero puede regresar a Liverpool para ser capitán y referencia del club que lo vio crecer… y quién sabe si el fútbol le tendría preparado una oportunidad de vengarse de su verdugo en Manchester y ganar un título con el club de sus amores.
La opción mediática
Uno de los destinos más prolíficos en estos últimos tiempos para estrellas en el ocaso de su carrera es la MLS. Estados Unidos es uno de los países mas atractivos para llevar una vida en familia, relajarse, llenar los bolsillos y disfrutar del fútbol hasta que el cuerpo aguante. Otros futbolistas de élite como David Villa, Frank Lampard o Kaka’ ya lo han hecho y desde el país norteamericano se apunta a un posible interés de Los Ángeles Galaxy en Rooney.
No sabemos lo que pasará con Wayne Rooney hasta que el el jugador de Croxteht decida. Lo que si sabemos que pasará es que seguirá trabajando en cada entrenamiento como si fuera el primer día, que lo dará todo cada minuto que juegue, que lo hará sin decir una palabra más alta que otra (como el día que tuvo que sacar los balones al calentamiento en una imagen que dio la vuelta al mundo), y ayudará al Manchester United en todo lo que pueda; como suplente o si se tiene que ir. Porque Rooney lleva al Manchester United en el corazón y sabe lo que es la lealtad, el respeto y la profesionalidad. No como otros. Porque Rooney es de todos y todos, los que valoramos muchas cosas con mayor estima que el dinero, somos de Rooney.