Por lo menos por el momento, Tiger Woods no deja el PGA Tour. Aunque nunca se puede decir nunca jamás, el golfista estadounidense rechazó hace unos meses una oferta estratosférica del circuito saudí. Greg Norman, un jugador histórico en el circuito, es una de las caras visibles del LIV Golf; que lleva meses atrayendo a fantásticos jugadores a base de dinero. Hace unos días el australiano reconoció en el Washington Post que la propuesta era díficil de rechazar: «Se le hizo una oferta monstruosa. Alucinante, enorme. Estamos hablando de nueve cifras».
El PGA Tour anunció ayer nuevas sanciones para los que se van. “Los jugadores listados han sido notificados de su suspensión y no elegibilidad para participar en torneos del PGA Tour, incluyendo la Presidents Cup. Esto también aplica parta todos los circuitos sancionados por el PGA como PGA Tour Canada, PGA Tour Champions, Korn Ferry Tour, PGA Tour Latinoamérica”, aseguraban mientras en Londres arrancaba la gira saudí.
Sin embargo, la respuesta del Liv Tour no tardó en llegar: «El anuncio de hoy del PGA Tour es vengativo y hace más grande la división entre el Tour y sus miembros. Es preocupante que el Tour, una organización dedicada a crear oportunidades para los golfistas, es la entidad que impide que estos jueguen. Ciertamente, esta no es la última palabra sobre este tema. La era de la agencia libre está comenzando ya que estamos orgullosos de tener un campo lleno de jugadores uniéndose a nosotros en Londres y más allá». No parece que vaya a haber una solución pronto. Por lo menos, por ahora, el tigre no ha sido cazado.
Imagen de cabecera: @PGATour