El fútbol polaco está de enhorabuena. Su combinado, en la pasada Eurocopa, fue uno de los 8 mejores países del torneo y solo fue eliminado por el eventual campeón. En cuanto a la liga domestica –llamada Ekstraklasa- el nivel no es el mejor y más sabiendo que hacía veinte años que un equipo de la competición no se metía en la Champions. Fue el Legia de Varsovia -tras muchas temporadas de sequía- el que devolvía la mayor competición continental a la nación centroeuropea. Pero en liga, las cosas son muy distintas.
Los legionarios, en su pelea por jugar la Champions League, sufrieron muchísimo. Lo tuvieron cerca en 2014 cuando humillaron al Celtic en la penúltima fase de clasificación, tras batirles por 6-1. Pero por alineación indebida el conjunto de Varsovia perdió la oportunidad de clasificarse. Esta temporada, finalmente, el objetivo se cumplió. El camino fue más asequible, con el batallador Dundalk como piedra final, por lo que los polacos se reunirían entre los mejores. El albanés Besnik Hasi, sin embargo, fue despedido tras un arranque horroroso en Polonia. Tras cuatro lustros soñando con enfrentarse a conjuntos como el Real Madrid o el Borussia Dortmund, el nivel deportivo no es el mejor. Los problemas con sus ultras, además, añaden dolores de cabeza en el seno del Legia.
Los disgustos de los grandes, lógicamente, favorecen la aparición de los “underground”. De los tres primeros, tras nueve jornadas disputadas, ningún equipo ha ganado una liga en su historia. El Jagiellonia, con 19 unidades, es líder y máximo goleador del torneo. Le siguen Gdansk y Termalica con los mismos puntos, este último ascendido hace tan solo dos cursos. En la mitad de la tabla, paradójicamente, se encuentra el Lech Poznan -siete ligas y cinco copas- y un puesto por debajo está el equipo más laureado de la historia de la nación: el Ruch Chorzów. Antepenúltimo está el anteriormente comentado Legia –jugando la Liga de Campeones- y el colista es el Wisla Cracovia, otro clásico que además está con deudas económicas.
Asimismo, hay algo más triste. El Górnik Zarbrze con 14 títulos –igualado con el más premiado, el Chorzów- deambula en la triste segunda división. Lo que provoca que entidades sin un bagaje histórico para asustar, sueñen con ganar la liga. Eso provocaría jugar la Champions y eso son palabras mayores. Si eres un club pequeño de Polonia, son tiempos felices.