En un partido de hace cinco temporadas entre el Colney Heath y el Biggleswade United del que llevaba siendo un año su director deportivo, un jugador que había crecido en nuestra cantera Scott Batchelor hizo su debut en el primer equipo. Me abracé con la secretaria, Tracey James, con el presidente que fue el que me metió en este lío, Chris Lewis, y con el presidente honorario, Peter Dean. Y al final del partido, hice lo mismo con el entrenador, Cristian Colás. Ni recuerdo el resultado (ahora mismo me llega un mensaje de Cristian: fue su primer jugador de la cantera al que le dio la oportunidad, al poco de iniciarse la temporada… y me ha recordado que perdimos 2-1). Es igual. Había debutado en el primer equipo uno de los nuestros. Es el título más importante, el momento más celebrado, al menos por mí.
Justo de eso hablé hoy con Joseba Llorente en una charla para LaLiga TV. Joseba, se acordarán, era un delantero muy entregado que salió de Zubieta pero que se hizo mayor en el Eibar, el Valladolid, el Villarreal. Quería sacar de él cosas que se aprenden en una cantera tan particular. Me habló de generosidad, de espíritu de grupo, de respeto. Todo eso se ve en los 16 canteranos que están en el primer equipo de la Real. Pero lo que me hizo recordar la responsabilidad que tengo como directivo es cuando me comentó que, ahora que ha dejado el fútbol de todas todas, sigue siendo el de Zubieta cuando habla con sus tres hijas: les recuerda que han de darlo todo y eso es lo esencial; que deben escuchar a los entrenadores y a los preparadores, que eso es lo mínimo; y que no deben reírse del que tiene gafas o del que habla o parece diferente.
En el Biggleswade United, en la novena división inglesa y del que ahora soy presidente, no sacaremos muchos jugadores profesionales (aunque, desde que llegué, al menos dos de ellos viven del fútbol) pero intentaremos que las chicas y los chicos de nuestra cantera sepan que hay cosas que están bien y otras no, les debemos ofrecer identidad. Cosas básicas, cosas que luego se las pueden llevar en su paseo por la vida. Y si entre su empuje, su confianza en lo que les ofrecemos y su actitud les da suficiente para debutar en el primer equipo, lo celebraré más que un gol o una victoria.
Pero, ¿qué hago yo de presidente de un club de fútbol inglés? Es lo más relevante, importante y apasionante que he hecho en mi vida. Me ofrecieron el reto de meterme en el club en octubre de 2014 por la supuesta autoridad que desprendían mis diatribas en Sky Sports durante más de dos décadas y justo cuando acababa de sacarme el carnet de entrenador UEFA B.“Da la impresión de que sabes de lo que hablas. Demuéstralo”. Acepté en menos de un segundo.
Esta columna os explicará los errores y aciertos, las dificultades y los logros de ese viaje iniciado hace seis años. No soy el mejor presidente del mundo. Pero os aseguro que soy el más feliz. Y veréis pronto por qué.
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