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FC Barcelona

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Sueños adolescentes

Lo tienen a tocar. Nada funcionaría sin la pizarra de Mr. Flick, la magia incalculable de Pedri, la explosión de Raphinha, las viejas costumbres de Lewandowski, la seguridad de Iñigo Martínez, la velocidad de Jules Koundé, el regreso de Frenkie de Jong o la aparición de Szczęsny con un puro en la boca, entre otros. Pero ellos, los niños de casa, fueron, junto a Pedri, una fórmula mágica a la que se agarró el Barça en tiempos convulsos y los que, de algún modo, empezaron a cambiar una historia dramática a base de ilusión.

La Masia, uno de los rasgos más identificativos que forman la idiosincrasia del club, abrió sus puertas para que los chavales revelaran sus ganas y talento en un Barça necesitado de argumentos de todo tipo. Sumados a otros jóvenes que no superaban los 22 años, posaron para una foto que se bautizó como el ‘Dream Teen’. De aquella instantánea quedan la mitad. Tras ellos, otros chavales de la escuela Barça siguieron el mismo camino para ganar minutos y establecerse en el primer equipo. Todos ellos, con un mismo factor común: el sentimiento de pertenencia.

Más que una escuela de fútbol, La Masia ha sido el lugar donde estos chicos han forjado un sentimiento que podría traducirse en una ventaja competitiva. Un red invisible de valores, talento y fraternidad que se transforma en incuestionable en el césped. Ganen o pierdan, su sentimiento asoma, porque un trozo de su vida se escribe en blaugrana.

El Barça salió de Montjuïc con otro Clásico en el bolsillo; venciendo cuatro en una misma temporada por primera vez en la historia. Remontó, como tantas otra veces este curso, con una mentalidad ganadora que tanto echó en falta en los últimos años y que ha sido arma infalible en el presente.

Lamine Yamal, uno de los mayores talentos formativos que se han visto, volvió a brindar una brillante actuación ante el eterno rival. Porque el de Rocafonda, descarado y diferencial, se crece en los escenarios grandes. Guarda su DNI en la mochila, despista con su sonrisa metálica y envenena a cada rival con su desequilibrio. Es un privilegiado de talento innato que no hace nada premeditado, cada regate fluye instintivamente sin masticarlo en su cabeza.

Este equipo puede ser campeón de Liga este jueves si vence al Espanyol en su estadio. Y puede hacerlo con una cantidad de jugadores formados en casa que han explotado de manera prematura y se han dejado la piel en cada contienda. Una de las riquezas de este Barça que no debe pasar desapercibida. El mundo está hecho para los que quisieron mostrarse como son y estos chavales tuvieron el valor de exhibir a todo el universo sus ganas de comerse el mundo.  

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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