Osasuna no atraviesa su mejor racha en cuanto a resultados y juego. Tres derrotas consecutivas, un partido aplazado y poco buen fútbol visto desde hace varias semanas han devuelto al equipo rojillo a la realidad de Segunda División. Y las exigencias hacia el entrenador, Diego Martínez, son más críticas que nunca. Sin embargo, de esta delicada situación emergen dos noticias positivas llamadas Tano Bonnín y Kike Barja.
‘Redebut’ 10 meses después
Los últimos 10 meses de Cayetano Bartolomé Bonnín Vásquez (Palma de Mallorca, 1990), más conocido como ‘Tano’, han sido un calvario. El 11 de febrero de 2017, en un choque fortuito con Isco, el lateral rojillo se fracturó la tibia y el peroné. La consecuencia más directa es que tenía que pasar por quirófano y prepararse bien mentalmente para recuperarse de una grave lesión. Pero, además, el futbolista, de doble nacional hispano-dominicana, tenía que ver desde la distancia cómo su equipo caía jornada tras jornadas hasta descender a Segunda División.
Después de empezar la recuperación en solitario y ver que el equipo se reestructuraba casi al completo en verano, el 4 de octubre se incorporó al grupo por primera vez. Como no podía ser de otra forma, Tano afirmó sentirse «muy contento», aunque advirtió que su cabeza le había jugado malas pasadas: «Ves que tu cabeza no avanza y te dan ganas de dejar tu profesión». El futbolista no se marcó ningún plazo para regresar a los terrenos de juego en un partido oficial y solo pensaba en alcanzar un estado de forma óptimo tras las sesiones de entrenamiento, en las que siempre ha aparecido con una sonrisa.
El día ya iba a ser positivo para él antes de que se jugase el encuentro ante el Oviedo. Por primera vez, el 10 de diciembre Tano entraba en una convocatoria con Osasuna desde la lesión. Todavía el técnico tendría que descartar a algún futbolista, pero Tano viajaría con el grupo. En un principio todo parecía quedarse ahí, pero el final para él fue otro. Muy feliz, eso sí. En el último momento, después de que Osasuna anunciase los titulares y suplentes, el técnico realizó un cambio. De Las Cuevas vería el partido desde la grada y en su lugar entraría Tano Bonnín.
La situación no se quedaría ahí, porque Diego Martínez decidió dar un paso más con el jugador y le hizo »redebutar». A un día de cumplirse los 10 meses sin disputar un minuto de juego, Tano entró en el 86′ para sustituir a Sebas Coris. En un campo en el que apenas rodaba el balón y donde las condiciones de campo invitaban a pensar en posibles lesiones, Tano demostró sentirse totalmente recuperado. En el primer balón dividido, el futbolista decidió tirarse a por todas a la vez que un rival, demostrando que psicológicamente también ha vuelto. Osasuna perdió en el Tartiere, pero ha recuperado a uno de esos futbolistas que siempre han sentido a Osasuna como suyo, a pesar de llevar poco tiempo en el club.
Kike Barja, por fin
Osasuna siempre se ha definido como un club de cantera. Sin embargo, aunque en un principio el descenso a Segunda División sería un aliciente para hacer uso ella, Diego Martínez no ha confiado demasiado en los jugadores de abajo. El técnico es quien más y mejor conoce al grupo, pero había una decisión que nadie entendía: descartar a Kike Barja.
Enrique Barja (Pamplona, 1990) es, ahora mismo, el jugador más prometedor de la cantera de Osasuna. Con 20 años, la temporada pasada se consagró de forma definitiva en el Promesas, en Segunda B, y en un principio formaría parte del primer equipo en esta campaña. Finalmente, está a caballo entre los mayores y el filial, donde ya ha marcado siete goles, y parece que tras cuatro meses de competición Diego Martínez empieza a ver las cualidades de Kike.
En Oviedo, por fin, Barja debutó en liga con Osasuna. Fueron sus primeros minutos con el primer equipo en competición doméstica, pues ya había jugado algunos en Copa del Rey. Jugador de banda, zurdo, su velocidad, desborde, facilidad para irse en el uno contra uno y su disparo son las mejores armas. Con la escasa incidencia de Coris y Mateo y su gran aportación en Osasuna Promesas el turno de Barja para aportar cosas al juego de Diego Martínez era un bien necesario.
El técnico decidió hacer uso del jugador seguramente en el peor partido para él por las condiciones del terreno de juego. Además, jugó en la banda que más encharcada estaba. En este contexto, apareció poco, pero lo que hizo fue destacable. Primero recuperó una pelota en medio campo y después recibió un codazo dentro del área que bien podía haber supuesto un penalti a favor de Osasuna. Tras varias convocatorias, Barja se pone por delante del argentino Mateo y por fin Diego empieza a abrir su abanico de opciones con un futbolista que está llamado a mejorar a un Osasuna de, por el momento, apenas tiene incidencia en ataque.
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