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EURO 2024

Tacañería

Inglaterra se repartía en los pronósticos entre el cartel de candidata y de la decepción de este torneo. Una línea muy fina; gloria e infierno se separan por muy poco. En su convocatoria, ensalzada por nombres e individualidades diferenciales, es donde reside su posible éxito. Al otro lado de la moneda, en la que sale cruz, un banquillo manejado por un entrenador que, a pesar de hacerse con las llaves de la selección en 2016, sigue dejando muchas dudas en el terreno de juego.

No fue distinto en su primera prueba de esta Eurocopa, ante Serbia. Su victoria tiene un poco de ambas; el alivio de los tres puntos y las brasas del fuego bajo sus pies. Más nombres que equipo, más gol que juego. Uno de los jugadores del momento, llegando desde atrás, para rematar de cabeza y pegar un parche para que no se le vean las rodillas a esta selección. “Hey Jude, take a sad song and make it better”.

La abundancia no llena los bolsillos de la americana de Sotuhgate; que lleva lo justito, como buen conservador. Que no ha evolucionado como lo ha hecho la lista de sus jugadores. Inglaterra no tiene una conjugación con sus líneas ni con su talento, del que malgasta porque no sabe bien cómo usarlo. No ha encontrado el manual de instrucciones. Se ha pinchado antes de enhebrar la aguja para intentar coser un argumento. En la Euro puedes llegar más o menos lejos gestionando resultados, pero el fútbol necesita no ser escatimado. Nadie de los que esperaban la competición con las mariposas en el estómago puede entenderlo de otra forma. Inglaterra acumula críticas con un juego insuficiente, escaso, rácano, insípido. Fish sin chips, a palo seco.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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