El Sunderland se ha convertido en un equipo algo extraño esta temporada en Inglaterra. Capaz de lograr un empate ante el líder Chelsea y acaparar todas las portadas, un empate a domicilio en Anfield frente al Liverpool, y este pasado fin de semana otro empate ante el equipo revelación de la Premier League, el West Ham. Con estos resultados es fácil pensar que el Sunderland está rindiendo bien, pero no es del todo cierto. Los de Gustavo Poyet llevan desde el 3 de Noviembre sin ganar un partido. Fue ante el Crystal Palace con un contundente 1-3.
Lo de este equipo no es muy normal. Ha conseguido hacer grandes partidos ante los equipos grandes de la Premier con un planteamiento táctico muy bueno. Suma hasta la fecha diez empates, de los que cabe destacar empates ante Manchester United, Tottenham, Liverpool o ante el Chelsea. Resultados positivos viendo el nivel del contrario, pero comienzan a pedirse victorias en el Stadium of Light. El Sunderland sólo lleva dos victorias de los dieciséis encuentros disputados (Stoke por 3-1 y Crystal Palace por 1-3) A los Black Cats les cuesta mucho marcar. Se han quedado sin marcar en ocho partidos y su media goleadora está por debajo del gol por partido.
Con tanto empate no ha perdido muchos partidos, es lo que le está salvando de estar más abajo, pero las derrotas son contundentes y dolorosas como aquel 8-0 que encajó en el St.Mary’s Stadium o el 1-4 ante el Manchester City. Aun así hay confianza en este equipo. Fletcher, Jordi Gómez, Larsson y Wickham son buenos futbolistas, que con un poco más de fortuna y concentración lograran más victorias. Hay que darle mérito a este conjunto porque ha sabido llevar bien los partidos con algunos equipos grandes y ahora les toca jugar contra los rivales directos por la permanencia, en ‘su’ liga. Pero antes, los Black Cats tienen una fecha marcada en el calendario. Este sábado se disputará uno de los derbis más calientes del mundo, el derbi de Tyne-Wear, en el Noreste de Inglaterra.
La rivalidad entre el Sunderland y el Newcastle hunde sus raíces en el Guerra Civil inglesa del siglo XVII. El castillo de Newcastle apoyaba al rey Carlos I y la trabajadora Sunderland al Parlamento. De estas viejas rencillas medievales y de su histórica rivalidad, cercanía y dependencia, económica y social, surgió un duelo que tuvo su primer episodio en 1883.
Seguro que los aficionados del Sunderland estarán pensando que no hay mejor manera que volver a la senda del triunfo que ganar ante sus máximos rivales, ante el eterno contrario. Un triunfo que supondría algo más que tres puntos. Llega el momento de mejorar, y están ante la mejor de las oportunidades.