El fútbol es capaz de azotar cruelmente cuando
menos te lo esperas. La suerte es un factor a tener en cuenta en la carrera de
todo deportista. El estado de forma, las rachas, los entrenamientos o el
compromiso son importantes pero si el destino te tiene preparado un revés, no
hay nada que hacer.
Ishak Belfodil llegó al TSG 1899 Hoffenheim el
pasado verano después de jugar en Francia -lo hizo en el Olympique de Lyon-,
Italia -entre otros, en el Inter-, Emiratos Árabes Unidos o Bélgica. A la
Bundesliga llegó a través de un préstamo del Standard Lieja al SV Werder Bremen
y allí, empezó a dar síntomas de madurez en su fútbol. Formar parte del
proyecto del conjunto de Sinsheim le devolvió al delantero argelino la ilusión
por convertirse en uno de los grandes protagonistas de una gran liga europea.
Aquel niño que vagaba por Europa sin estar plenamente preparado tenía la
oportunidad de ser la referencia en ataque de un equipo gestionado por Julian
Nagelsmann, experto en potenciar a los futbolistas exprimiendo su talento e
impulsando sus carreras. Con contrato hasta 2022 en Hoffenheim, todo indicaba
que era el lugar y la hora de despegar.
Los primeros meses en su nuevo club no fueron
como esperaba. Belfodil alternaba suplencias con alguna titularidad y algún
minuto en las postrimerías de los partidos. Hasta febrero, el argelino solo
tenía un pobre registro de cuatro goles. A partir del segundo mes de 2019,
Belfodil explotó. Sus dos goles ante el Borussia Dortmund en la fecha 21
desataron a una auténtica bestia del área. En las etapas finales del
campeonato, cuando el Hoffenheim más necesitaba de sus goles para conseguir
billete europeo, el delantero de 1,91 sacó su arsenal anotando 8 goles y
ofreciendo cuatro asistencias en 9 partidos. En los últimos 7 encuentros, lo
único que le impidió disputar todos los minutos fue una lesión sufrida nada más
marcar su tanto número 16 en la Bundesliga ante el Mainz 05. Belfodil se rompió
cuando su gran temporada llegaba a su fin.
Aunque sucedió el pasado 18 de mayo, las
pruebas médicas no han determinado hasta ayer -lunes día 3 de junio- la
gravedad de la lesión de Belfodil. Rotura del ligamento cruzado anterior de su
rodilla derecha. El destino le ha arrebatado, así, de golpe y porrazo, su
participación en la próxima Copa de África, una competición que no disputa
desde que tenía 23 años recién cumplidos. Cuando mejor estaba, cuando parecía
que todas las curvas que se había encontrado en el camino tenían sentido, llegó
la peor de las noticias. Quizás, uno de los máximos goleadores de la Bundesliga
2018/19 no volverá a pisar un terreno de juego hasta 2020, pero si el fútbol es
justo además de cruel, regresará en el mismo punto que se fue. Solo el destino
sabe lo que nos tendrá preparado.
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