La temporada 2014/15 no fue la más calmada, ni la más positiva, que se recuerda en Newcastle upon Tyne. Tensión extra-deportiva con tres partes principales, que acabaron por casi sentenciar a nivel deportivo al Newcastle. Afición, técnico y propietario protagonizaron una guerra dialéctica e institucional que pudo acabar en final muy triste.
El Newcastle se salvó, no descendió a Championship, sobre la bocina, cuando en la última jornada ganaban y certificaban matemáticamente la permanencia, pero la dinámica fue negativa, mala, y acabó en sonrisas casi de milagro.
Gran parte de la afición del equipo no estaba muy por la labor de la continuidad de Alan Pardew, pese a que los resultados no eran del todo negativos (mucho menos comparado con la recta final), y ya era algo habitual ver críticas, cánticos y descalificaciones contra el entrenador partido tras partido. Finalmente, la paciencia del inglés se acabó y abandonaría el equipo con destino Selhurst Park.
Un objetivo menos para la gente, que la tomarían entonces contra el propietario Mike Ashley. Los resultados, además, comenzarían a empeorar, a ser más negativos, firmando un año 2015 nefasto que pudo incluso acabar en descenso en la última jornada.
Acabó la temporada, por suerte para el club. Se firmaría la permanencia, tanto a nivel deportivo como económico, y el verano daría paso a la calma hasta que en el próximo mes de agosto inicie de nuevo la Premier League. Los cambios han llegado pronto.
La pasada semana el conjunto de St. James’ Park hacía oficial la contratación de un clásico de los banquillos ingleses, con el fichaje del entrenador Steve McClaren. Un entrenador que cuenta con un gran historial desde la banda, incluyendo la Selección Inglesa durante el periodo 2006-07, con varias etapas anteriores como asistente.
Ahora, tiempos nuevos. McClaren tendrá una dura tarea por devolver la confianza del equipo, y del club, a una afición que durante la pasada temporada mostró su malestar. La tarea no será sencilla si la afición persiste en su empeño de que el propietario abandone el club, pero el técnico británico tiene a su favor la negativa recta final del equipo la pasada temporada. Mejorar el inicio de año 2015 del Newcastle no es tarea complicada.
Los magpies sólo sumaron 13 puntos de 57 posibles en 2015. Es decir, sólo ganaron el 22% de los puntos, en una caída en picado que hizo temer lo peor a orillas del río Tyne. Es por ello que las exigencias para el nuevo técnico no deben aspirar a grandes cosas. El gran objetivo del Newcastle debe ser firmar la permanencia cuando antes, recuperando la estabilidad institucional y aspirando, a partir de ahí, con objetivos europeos.
Reto para Steve McClaren, que vuelve al primer escalón deportivo inglés tras dirigir en Championship al Derby County, y la ilusión en St. James’ Park por su fichaje ya está instaurada buscando recuperar la calma que muchos añoran, pese a la permanencia final en la última jornada tras vencer 2-0 al West Ham.