La última gran cita del
calendario tenístico ya está aquí. Con el permiso de las Finales ATP y WTA, el
Abierto de los Estados Unidos es la cuarta y última gran cita de la temporada.
El Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, en el parque de Flushing Meadows
acoge lo mejor del panorama tenístico en busca de los dos últimos campeones de
Grand Slam de la temporada.
En 2017, cada cuadro tuvo un
desenlace diferente. Por el lado masculino, Rafael Nadal levantó su 16º Major cerrando un año histórico donde se
repartió los cuatro grandes títulos con Federer. En el lado femenino la
sorpresa fue mayúscula. Desde el número 83 de la WTA, sin ser cabeza de serie,
la local Sloane Stephens se coronó en casa. ¿Puede haber mayor logro tenístico
para un o una tenista americano que ganar el Grand Slam en Nueva York?
La victoria de Sloane en la Gran
Manzana fue una sorpresa mayúscula se mire por donde se mire. Hasta ese momento
los mayores logros de su carrera eran cuatro títulos WTA (Washington 2015 y
Auckland, Acapulco y Charleston en 2016; un Premier y tres International). Eso
sí, cuatro finales jugadas y las cuatro ganadas.
La tenista nacida en Plantation
(Florida) llegó a Nueva York en el número 83 de la WTA. Su historia tenística
tuvo un punto de inflexión en el verano de 2016. Tras caer en primera ronda en
los JJOO de Rio ante Bouchard pasó por el quirófano por culpa de una grave
lesión en el pie izquierdo. Estuvo fuera de las pistas 11 meses.
En Wimbledon 2017 volvió al
circuito. Jugó cuatro partidos en la hierba londinense. Primera ronda
individual, segunda en dobles y primera en mixtos. Siguiente parada en
Washington: primera ronda individual y final de dobles. A la siguiente cita en
Toronto llegó casi fuera del top1000 (934 WTA).
En el doblete Canada-Cincinnati,
Sloane hizo doblete en semifinales. En Canadá ganando a Kerber (3) y Kvitova
(14). Wozniacki, entonces número 6, le frenó a las puertas de la final. En
Cincinnati de nuevo venció a Kvitova y fue Halep (2) quien le dejó sin final.
Pero Stephens ya había vuelto al top100. Con cuatro torneos en sus piernas (12
partidos individuales), la de Florida se presentó en Nueva York.
Roberta Vinci, Dominika
Cibulkova, Ashleigh Barty, Julia Georges, Anastasija Sevastova, Venus Williams
y Madison Keys. Las siete mujeres que se enfrentaron a Sloane Stephens y
acabaron cediendo. Todas de mejor ranking que la finalmente campeona. Dos
top10, dos top20 y todas en el top50. El partido menos disputado, la final ante
Madison Keys (6-3 6-0).
Subió 940 puestos en el ranking
en apenas seis semanas. Las consecuencias de dos semifinales Premier y de un
título de Grand Slam.
Tras el tremendo éxito en Nueva
York, a Sloane le costó volver a coger el ritmo del circuito. No volvió a ganar
un partido individual hasta marzo en Acapulco (0-7). Volvió a ganar en Miami,
en su casa en Florida, consiguiendo su primer WTA Premier Mandatory.
Y en Roland Garros Sloane
Stephens lo volvió a hacer. O casi. Arantxa Rus, Magdalena Frech, Camila
Giorgi, Anett Kontaveit, Daris Kasatkina y Madison Keys cedieron ante Stephens.
Sólo Simona Halep (y con remontada incluida desde 3-6 0-2) evitó el segundo Grand
Slam de la americana. En Montreal y de nuevo ante Simona Halep, Stephens se
quedó a las puertas del título.
Con el final de agosto llega el
Open de EEUU, donde todo empezó para Stephens. Defiende título, tiene los focos
sobre ella. Se espera todo de ella. Ya no es ninguna figurante, una más o una
aspirante. Es la estrella protagonista y la campeona defensora. Nueva York
espera a Sloane.
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