Creo que nunca he mirado tanto una clasificación de la Liga como en los últimos días. En los informativos, en los resúmenes de la jornada, en las páginas céntricas del MARCA y una y otra vez en resultados-fútbol.com. A veces miro con miedo, como si al hacerlo tantas veces el Villarreal desapareciera de su puesto. Pero no lo hará. Al menos, hasta el próximo fin de semana. Nada ni nadie podrá cambiar que el Submarino es el nuevo e histórico líder de Primera División.
Me han felicitado muchas veces, por supuesto. Y eso que el Villarreal no ha ganado absolutamente nada [en su historia]. Como mucho, cinco partidos de seis en la presente temporada. Pero sobre todo he oído las palabras «anecdótico», «temporal» y «curioso». Sois líderes, ¿y qué? Porque sí, el Villarreal es el líder de la Liga, pero estamos en la sexta jornada. Incluso podría decir que es bastante probable que ceda el primer puesto este mismo domingo, en el Ciutat de Valencia.
Pero no lo diré. Porque no me apetece. Pero si me preguntan quién es el líder de la Premier League, te diré que el Manchester United, de la Bundesliga el Bayern Munich, de Ligue 1 el PSG y de la portuguesa el Oporto. Y de la española, el Villarreal. Y me ilusionaré cuando vea a una ciudad de 50.000 habitantes orgullosa de su equipo, que no tiene el mejor presupuesto, nunca lo tuvo, pero puede decir que fue subcampeón de España, semifinalista de Champions y que comandó la Liga durante, al menos, siete días.
Dice Marcelino: «No siento nada por ser líder, es un sentimiento pasajero, pero nada más». Él puede ser prudente, debe transmitir prudencia a una plantilla que no debe acomodarse, que sabe lo que son las rachas pasajeras, el bajón físico y las lesiones. Pero también sabe que la Champions está más cerca que hace un año y que hace dos. Y que la ambición en la entidad amarilla siempre ha estado por encima de los sueños de cualquiera.
Por eso yo no voy a ser prudente. Al menos, esta semana. Vivimos en un tiempo en el que los recuerdos y las premoniciones son más importantes que el propio presente. A la mierda. Prefiero disfrutar de algo que no he visto nunca que lamentarme por lo que pueda pasar la semana que viene. Soy líder, ¿Y qué? Pues a mucha honra.