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Sobrevivir en el Calcio

Excluyendo al Benevento, último
con apenas 10 puntos conquistados pese a las claras mejoras mostradas con De
Zerbi, la lucha por la salvación en la Serie A continúa abierta, con grandes
opciones de que se decida en la última jornada. Los últimos resultados han
puesto en peligro a Sassuolo y Chievo, equipos que hasta hace unas semanas
navegaban por posiciones tranquilas de la tabla.

Ahora, tanto los neroverdi como los clivensi vuelven a hacer compañía a Verona, SPAL y Crotone,
mientras el Cagliari tampoco puede dormir tranquilo todavía. Las cuotas de los
equipos implicados están destinados a cambiar domingo tras domingo.

En este momento, las
acciones a la baja son las del Chievo y el Sassuolo. El equipo de Maran está
atravesando un período oscuro en el que solo han ganado una vez desde el 25
noviembre. En las ocho últimas jornadas, los gialloblù han sumado solo cuatro puntos y el equipo de Maran ha
mostrado una involución en su juego por resultados y con la pérdida de la
solidez defensiva sobre la que se construyeron las permanencias del Chievo en
las últimas temporadas.

Aunque lo que más
preocupa es la esterilidad ofensiva de los gialloblù.
El Chievo solo ha anotado 23 goles, solo por delante del Genoa, Benevento y
Sassuolo. El dato de goles conseguidos se relaciona con los expected goals (25,03), que indica los
problemas para crear ocasiones de gol. El equipo está formado por una columna
vertebral de jugadores muy expertos, todos por encima de la treintena y
aparentemente poco preparados para afrontar psicológicamente la lucha por la
salvación, algo que podría complicar el camino del Chievo en las últimas
jornadas.

No está mejor el
Sassuolo: los neroverdi también
tienen grandes limitaciones en fase conclusiva, que no ha mejorado el cambio en
el banquillo de Bucchi a Iachini. El dato de los expected goals asciende a 35,24, pero el equipo apenas ha anotado
16 goles. La llegada de Babacar no ha mejorado de momento la situación, con el
senegalés que aun se muestra como un cuerpo extraño en un sistema en el que
demasiadas veces los solistas se toman la responsabilidad de realizar tiros de
alta dificultad.

La victoria contra la
Sampdoria (4-1) ha relanzado al Crotone tras dos derrotas consecutivas en los
duelos directos contra Benevento y SPAL. Walter Zenga ha modelado el equipo en
un 4-3-3 más ofensivo respecto a los cánones del Crotone de la pasada
temporada, sin renegar de valores como el sacrificio y la atención defensiva.
Los fichajes Ricci y Benali se han integrado inmediatamente, contribuyendo a
aumentar el nivel técnico de un equipo sin elementos de primer orden.

Los partidos contra el
Crotone, Bologna y Sassuolo han marcado el renacimiento de la SPAL, que parece
haber dejado atrás un período negro tras las derrotas contra Napoli, Cagliari y
Milan. La campaña de fichajes invernales comienza a dar sus frutos ahora que
Leonardo Semplici ha conseguido integrar a Thiago Cionek en defensa y ha
encontrado un buen puntal táctico con Jasmin Kurtic.

El esloveno, ex de
Atalanta, ha sido un gran fichaje invernal. Tras su inicial colocación como
mediapunta en un 3-5-1-1 o como externo en un 5-4-1, ha vuelto al mediocampo,
como volante en un 3-5-2. Semplici ha vuelto al sistema de inicio de temporada
con el que el equipo ha conseguido siete puntos en los tres últimos partidos.
Los resultados positivos, aun así, no deben hacer olvidar el hecho de que el
equipo de Ferrara aun busca certezas. Contra el Bologna se vio un equipo con un
baricentro más alto de lo habitual y el equipo realizó un buen partido,
mientras que contra el Sassuolo, pese al empate, emergieron viejos problemas
como la baja producción en ataque -dos tiros- y la fragilidad defensiva -15
tiros concedidos-.

Quien parece estar mejor
en estos momentos es el Verona de Fabio Pecchia, entrenador que ya era
candidato al despido en las primeras jornadas de campeonato. Purgados elementos
como Bessa y Pazzini, de indudable nivel técnico, pero poco funcional para la
idea de juego -y quizás de grupo- de Pecchi, y tras perder a un válido puntal
defensivo como Cáceres -volvió a la Lazio-, el Verona se ha unido en torno a su
entrenador.

Pecchia, tras dejar atrás
otras veleidades tácticas como la posesión en campo rival, la presión alta y el
control del partido, ha vitado hacia un fútbol más simple y adaptado a su
plantilla. El Verona juega con un 4-4-2, que se convierte en 4-2-4 en ataque
con continuo movimiento de las referencias ofensivas y con una fase de
construcción menos elaborada, basada sobre todo en la búsqueda de verticalidad
hacia Petkovic y en los duelos por los rechaces.

En fase defensiva, el
Verona defiende con todos sus hombres por detrás del balón, preparado para
recuperaciones bajas en busca de contragolpes con espacios. Una receta más
simple pero que ha llevado a los triunfos contra el Torino (2-1) y en el derby
contra el Chievo (1-0), los primeros triunfos consecutivos de los gialloblù esta temporada. El
protagonismo de nuevos jugadores como Valoti o Calvano también ha sido clave en
este resurgir. 

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