El Sevilla recibirá mañana al Leicester en la ida de los octavos de final de la Champions, un compromiso en el que el conjunto de Sampaoli no se ve inferior a su rival, sino más bien al contrario. En el Sánchez Pizjuán se citarán dos equipos con trayectorias divergentes, pues el conjunto local está realizando una extraordinaria temporada mientras su rival inglés tiene enormes problemas en la Premier, donde lucha por eludir el descenso. Esa es la dura realidad del equipo de Ranieri, que en pocos meses pasó de festejar un histórico título a implorar por la permanencia. De esa urgencia pretende aprovecharse el Sevilla.
El club andaluz desea clasificarse para los cuartos de final de la máxima competición continental por primera vez desde 1958 y gran parte de sus opciones pasan por conseguir una buena renta en la ida ante su hinchada. Luego, en Inglaterra, le esperará un difícil ambiente. El sevillismo entró en una semana grande, pues a la cita de la Liga de Campeones unirá el sábado su participación en el gran clásico del fútbol andaluz ante el Betis, con una ciudad unida bajo la pasión futbolística. Pero Sampaoli ya se encargó de calificar como una «irresponsabilidad» ocupar la atención en ese duelo. Sólo tiene ojos para la cita ante el Leicester.
«Lo más importante es nuestro funcionamiento, el que nos permitirá soñar con pasar contra un rival que tiene argumentos para dañarnos. Tiene un ataque de muy pocos segundos, de mucho vértigo. Tenemos una manera de jugar que se tiene que imponer y, si no lo logramos, corremos el riesgo de que un rival con mucha experiencia nos dañe», manifestó Sampaoli en rueda de prensa. El técnico argentino no se sentará en el banquillo al tener que cumplir un partido de sanción. Tampoco podrá contar con Nico Pareja, lesionado, y Gabriel Mercado, sancionado. Más allá de estas ausencias, Sampaoli tiene mucho para elegir porque tiene a prácticamente todo el plantel en buena forma para intentar sentar las bases de su pase a cuartos de final.
El Leicester ofreció lo mejor de su temporada en la Champions League, donde entraron en octavos como primero de un grupo en el que superó a Porto, Copenhague y Brujas. Por lo demás, sólo ganó dos partidos en 2017, y fueron en la Copa de Inglaterra. Ranieri está echando mucho de menos al centrocampista N’Golo Kanté, traspasado al Chelsea, y su equipo acusó la inesperada baja forma de jugadores tan importantes como Jamie Vardy, Riyad Mahrez, Robert Huth o Danny Drinkwater.
La principal duda del técnico italiano es el delantero argelino Islam Slimani, con molestias. Por si acaso, en la recámara permanecen el japonés Shinji Okazaki y el argentino Leo Ulloa.«Nuestra mejor defensa va a estar vinculada con el ataque y con la posesión del balón. Si cambiamos golpe con golpe contra un equipo que nos supera en eso, seguramente nos va a dañar. Debemos tener mucho más ataque que el rival, cuando podamos marcar seguramente se modificará el partido y ahí se verá otro distinto», matizó Sampaoli.