Jesús NOGUERA – Serbia ya está en la lucha por las medallas, además de forma más que merecido. Tras un fabuloso encuentro los de Djordevic han pasado muy por encima de unos brasileños que no han mostrado su mejor nivel. Utilizando dos técnicas cariocas por protestar como trampolín, los balcánicos se han escapado en el luminoso con un parcial de 4-16 en el tercer cuarto. Con esa diferencia han entrado en un estado de gracia donde eran imparables, de ahí que los últimos diez minutos hayan sido una fiesta. Milos Teodosic con 23 puntos, capital.
Como hiciese ante Grecia, Serbia tenía un buen inicio de choque apoyándose en su pilar anotador, Milos Teodosic. Con el base inspirado, los balcánicos endosaban a los cariocas un parcial de 5-12 que abría brecha en el marcador (9-14). Brasil fallaba tiros cercanos a la canasta y sufría mucho atrás, de ahí su desventaja. En ataque los únicos jugadores que encontraban un poco de clarividencia eran Marquinhos y Varejao, llevaban más de la mitad de la producción del equipo. Los últimos compases del primer cuarto iban a estar protagonizados por el duelo Varejao – Bjelica. Ambos interiores se atacaban y sacaban algo positivo de ello, lo más curioso es que los dos se defendían. El serbio lo sacaba al perímetro y el brasileño le posteaba. El resultado de ello era el momentáneo triunfo de los de Djordjevic al final de los primeros diez minutos por una pequeña ventaja (17-21).
Rubén Magnano iba a dar entrada en la pista a su segunda unidad, lo cual le iba a producir un resultado ambiguo. Dos triples consecutivos de Álex García, con esa mecánica tan particular, ponían a los sudamericanos por encima (23-21). Teodosic, para no ser menos, respondía con otro para iniciar un parcial de 0-8. Con estos puntos Serbia cogía distancia de nuevo (23-29). Como si estuviese haciendo la goma, los cariocas cogían de nuevo la alternativa en el luminoso con un parcial de 9-0 (32-29). Con la dirección de Neto el equipo corría y anotaba de forma más sencilla en transición. Djordjevic se veía obligado a parar el encuentro ante la mejora brasileña. El encuentro parecía un combate de boxeo, se había convertido en un auténtico intercambio de golpes a modo de parciales. Ahora era el momento de los balcánicos. Con sus líderes a la cabeza le endosaban un 0-8 que le daba un respiro (32-37) al paso por vestuarios. Teodosic era decisivo al descanso con 16 puntos en su haber.
El inicio del tercer cuarto iba a ser demoledor para Serbia y le iba a marcar una hoja de ruta que sería definitiva en el devenir del encuentro. Con un parcial de 4-16, dos técnicas de por medio brasileñas por protestas, los serbios se ponían con un +16 que le daba una holgada renta (34-50). Los de Djordjevic estaban en estado de gracia y su carácter le hace coger mucha confianza en sí mismos. Con estas sensaciones Teodosic, el líder de toda esta fiesta, anotaba un triple que parecía enterrar a Brasil poniendo una diferencia de veinte puntos (38-58). En ese momento Krstic, un jugador desaparecido hasta octavos, quien cogía el relevo de Milos para con ocho puntos casi consecutivos amarrar media victoria (44-66). Un estratosférico tercer período de Serbia con 29 puntos iba a ser decisivo.
Con tal renta el último cuarto tenía sabor a festín. Y así fue. Con ese carácter yugoslavo que los hace más competitivos, los serbios seguían anotando y anotando. Encima todos los tiros eran de tres. Les entraba todo. El culmen era un triple de Bogdanovic desde su casa. Era el signo de que el aro era una piscina para ellos. Djordjevic aprovechaba para dar descanso a sus titulares de cara a las semifinales y dar minutos a los menos habituales. Serbia está de vuelta y con esta confianza son más peligrosos que nadie.
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