No está siendo la mejor temporada en Goodison Park. Tras una notable campaña 2013/14, encarar la presente con grandes aspiraciones, quizás, sería el peor de los pasos, la peor de las decisiones. Calendario más cargado, con más partidos, con más torneos a disputar, con la misma base de la pasada temporada, podía hacer hincapié en lo deportivo. Y así está siendo.
El Everton ha sido un equipo bipolar a nivel futbolístico. Irregular en Inglaterra, brillante en Europa. Sin embargo, de la nada, casi por sorpresa, el Dinamo de Kiev pasaba literalmente por encima de los Toffees en Europa League, eliminándoles en la ronda de Octavos de Final y ganando por 5-1. Sólo quedaría centrarse por completo en el torneo liguero para quedar lo más arriba posible en la tabla.
No había tiempo que perder. Tres días después del accidente continental debían visitar Londres, debían viajar hasta Loftus Road para enfrentarse al Queens Park Rangers. Uno de los equipos más débiles a nivel deportivo del campeonato, pero que sin embargo, viendo el rendimiento liguero del Everton, le convertía en cierta medida en rival por salir de la zona baja.
Ganó el Everton, no falto de igualdad, por la mínima 1-2, y maquillando una semana que marcó el final de la temporada. Sólo centrarse en la Premier League en las últimas jornadas del campeonato. Un triunfo que tuvo, nuevamente, un protagonista que es clave para el funcionamiento del estilo deportivo que ha implantado Roberto Martínez en Goodison Park.
Tanto la pasada temporada como la presente, una de las piezas claves del juego Toffee es el juego por bandas. Dos jugadores, a priori secundarios, como Leighton Baines y Seamus Coleman partían desde sus respectivos laterales convirtiéndose en dueños y señores del carril. Serios atrás, determinantes en ataque. Es por ello que ambos jugadores estén considerados como dos de los mejores laterales de la Premier League, tanto por su aportación en materia asistente como en el aspecto goleador.
Frente al QPR, fue el turno para Coleman. El lateral irlandés de 26 años abrió el marcador en Londres, dio el primer paso para que el importante triunfo se encarrilara, y volvió a ser determinante desde su plano secundario, desde la sombra deportiva que adquiere un lateral, por debajo de, por ejemplo, un delantero o un centrocampista ofensivo.
Y es que lo de Seamus Coleman no es casualidad. El lateral del Everton suma 3 goles esta temporada en Premier League, habiéndose perdido 6 jornadas por lesión, y 2 marcados en su participación europea en Europa League, mientras que la temporada pasada marcó otros 7 en su cuenta goleadora.
Un lateral que, cuando está en condiciones físicas y deportivas, es pieza clave de Roberto Martínez en la banda. Su posición no es fija. Incansable, aporta en defensa y ataque casi a partes iguales. Verle en línea de fondo es lo común, pero en ambas, tanto en la propia como en la rival, dejándose el alma en cada encuentro. Un jugador que se resiste a su papel secundario, natural de un defensa.
Coleman, estadísticas en mano, es el defensa que mejores registros ofensivos tiene. Sólo le supera Bratislav Ivanovic, jugador del Chelsea, quien ha marcado 4 goles esta temporada en Premier League, pero el lateral del Everton ha disputado 450 minutos menos, y la diferencia es sólo de un gol.
Roberto Martínez volvió a obtener beneficios deportivos de sus laterales. En esta ocasión, por banda derecha, en Londres, en un partido que era importante para el futuro del club, tras el varapalo europeo frente al Dinamo de Kiev. Así, encararán con más calma el parón por compromisos europeos.