Las cesiones de Sansone y Soriano, el primero con obligación de compra y el segundo con opción son a las que se agarra el Bologna en la lucha por la salvación. Los dos ex del Villarreal llegan a la ciudad de las dos torres con la voluntad de redimir una primera parte de la temporada difícil, tanto para ellos como para el club felsineo.
Aparentemente intencionado a dar continuidad al 5-3-2 con el que ha dirigido al Bologna en esta Serie A, Filippo Inzaghi tendrá que encontrar el modo de adaptar a los dos nuevos fichajes en este contexto táctico.
Una adaptación no imposible, pero no precisamente natural. En cuanto a Sansone, el jugador de 27 años, nacido en Munich, es un jugador ofensivo que puede jugar como extremo y como segundo delantero. En este sentido en el 5-3-2 de Inzaghi su rol podría estar a la espalda de Santander.
Soriano, en cambio, es sobre todo un volante de mediocampo, con su posición ideal en el centrocampo a tres. Su integración en el equipo contribuiría a alzar el nivel técnico de un equipo que no brilla por su calidad (76,7% de precisión de pase) construida esencialmente para destruir (42,7% de posesión media) y no para crear.
Así, el juego súper vertical propuesto por Inzaghi, basado esencialmente en los pases en largo y la búsqueda de segundas jugadas (el Bologna es el penúltimo equipo en pases cortas por partido, solo 290) podría mutar o modificarse parcialmente con la entrada de Soriano en el mediocampo.
No obstante, el ex jugador del Torino ha tenido dificultades para adaptarse al rol de volante en el 3-5-2- de Mazzarri, de características similares al del Bologna. De hecho, los granata registran una media de 65 balones en largo por partido, uno más que los felsineos.
Veremos cómo Soriano conseguirá integrarse en el juego de Inzaghi o si el entrenador modificará algo tácticamente, quizás cambiando el sistema hacia el 4-3-3 que desea la afición y que se adaptaría mejor a las características de estos dos fichajes. Además, el 4-3-3 permitiría la recuperación de un jugador como Orsolini, que hasta ahora ha tenido dificultades para encontrar su lugar táctico en el equipo.
El cambio de sistema -el 4-3-1-2 también podría ser una alternativa válida, con Soriano como mediapunta- no significaría por fuerza un Bologna más ofensivo -algo que, por otra parte, también reclama la afición- sino que podría representar una opción más para utilizar según el momento.
En ataque, al Bologna se le pide hacer algo más tras terminar la primera vuelta con apenas 15 goles anotados -los mismos que la SPAL y solo mejor que Chievo y Frosinone- y con un dato de expected goals (xG) de solo 17,58. El equipo de Inzaghi anota poco porque genera poco. En este dato influye también que el Bologna juega con un baricentro medio muy bajo y por tanto, recupera el balón a gran distancia de la portería rival.
Al menos, el Bologna ha demostrado que sabe aprovechar al máximo el balón parado, con seis goles anotados de este modo. Algo más a lo que agarrarse, además de los fichajes de Soriano y Sansone, para seguir luchando por la permanencia en Serie A.
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