Amateurismo y rebeldía. Dos palabras que no solo hay que aprender para entender a Jorge Sampaoli. Se deben entender. Poner en contexto. Comprenderse como una forma de ver, de trabajar y de jugar el fútbol.
Nacido en Casilda, Argentina. Llegó a Chile cuando terminaba el año 2007, y en su primera temporada, dirigiendo a O’Higgins de Rancagua, logró el tercer puesto de la tabla de posiciones, aunque posteriormente fue eliminado en las llaves de playoff. En Rancagua no logró consagrarse y casi dos años después –en agosto del 2009- dio por finalizado su primer ciclo en el país donde terminaría por saltar a la órbita del fútbol mundial.
En diciembre del 2010 –y luego de una buena temporada en Emelec, de Ecuador- se convirtió en el flamante técnico de Universidad de Chile. Es en el cuadro universitario donde comienza a reescribir la historia del fútbol chileno y, por supuesto, su propia historia. Imponiendo un sistema de trabajo basado en la entrega máxima de cada jugador, con un juego centrado en la ofensiva como concepto para atacar y defender. Es así como en su primer torneo logró coronarse campeón y solo 364 días después, de haber firmado su contrato como DT, lograba traer a Santiago la primera copa internacional para los azules, la Copa Sudamericana. El camino lo completó sumando dos títulos nacionales a su palmarés, antes de tomar el reto de ser el seleccionador nacional tras la salida de Claudio Borghi.
El “discípulo” de Marcelo Bielsa tomaba la batuta dos años después de que el maestro la dejara, por diferencias con la dirigencia chilena. Sampaoli llevó su modelo de trabajo a la selección y cómo continúa la historia es sabido por todo el mundo: clasificados para el Mundial 2014 como la tercera mejor selección de Sudamérica. En la cita planetaria demostró que eso no era una casualidad y Chile fue un fiel reflejo de lo que su DT quería que hicieran en la cancha. No solo clasificó a octavos de final, también se dio el lujo de eliminar al campeón vigente, España.
En octavos fue cuando se vio la mano de Sampaoli en su esplendor. Para contextualizar tenemos que decir que Arturo Vidal se transformó en uno de sus regalones por ir al mundial aun recuperándose de una operación. Dicho esto, se nos hace más fácil entender que Gary Medel jugara desgarrado contra Brasil, el equipo anfitrión. Ya había mencionado antes lo de la entrega máxima de cada jugador. Chile se quedó en octavos después de un palo en el último minuto y una disputada tanda de penales contra los brasileños. Eso no fue impedimento para que el mundo entero hablara del equipo de Sampaoli. Un equipo rebelde, que ya no le temía a nadie, que ya no respetaba a nadie.
El climax del trabajo de Sampaoli llegaría en la Copa América celebrada en Chile. Es acá donde su forma de juego, de trabajo y, sobretodo, su ideología, quedaron grabados a fuego en la memoria colectiva de los chilenos. El técnico demostró que para él lo principal es ganar, más allá de todo. Lo dejó claro cuando le perdonó, a Arturo Vidal, chocar en estado de ebriedad y lo mantuvo junto al plantel. Tiempo después confesaría que: «Seguramente a otro jugador lo hubiese sacado”. Probablemente era la vuelta de mano por la entrega de Vidal, lesionado y todo, en Brasil.
Chile terminó esa copa coronándose campeón y Jorge Sampaoli se grabó nuevamente en la historia dorada del futbol chileno, ahora a nivel de selección.
Ahora, por primera vez, tiene un desafío europeo. El Sevilla decidió contar con sus servicios tras la salida de Unai Emery. Si bien el cuadro andaluz se las ha arreglado para ser protagonista del fútbol europeo, acaparando la Europa League casi como propia, en la competencia local no ha corrido la misma suerte: han pasado 70 años desde que fue campeón de Liga y en la última edición terminó en la séptima posición. Más allá de algunas Copas del Rey y Supercopas que ha sumado en estos años, está claro que Sampaoli buscará dar el salto de calidad para estar a la par de los más grandes del continente. El equipo seguirá siendo protagonista, pero hay que tener claro que subirá una marcha en su velocidad y no bastará con pelear una sola competencia, tendrán que ir por La Liga, por clasificar a Champions y por ganar todo lo que pueda ganar.
Solo el tiempo dirá si Jorge Luis Sampaoli, podrá quedar grabado en las voces eternas del Ramón Sánchez-Pizjuán, así como lo hizo en el Estadio Nacional de Santiago de Chile.