El técnico argentino Jorge Sampaoli vivió en el último mes un nuevo ejemplo de las azarosas urgencias del fútbol, pues pasó del elogio a la crítica mientras el Sevilla perdía fuerza hasta quedar eliminado en la Champions League. En las últimas semanas, su equipo se fue quedando progresivamente sin títulos por los que luchar. Primero fue la Copa del Rey, luego La Liga y finalmente llegó la caída en Liga de Campeones.
Su derrota por 2-0 ante el Leicester y su eliminación de la máxima competición europea tuvo mucho de tragedia, pues lo tuvo en la mano y lo acabó tirando por una mezcla de errores individuales y malas lecturas de los partidos. Sí, le faltó la experiencia, el cuajo de los grandes clubes en un torneo así, que tanto castiga las desatenciones. El Sevilla desperdició un penalti en la ida y otro en la vuelta, algo que sólo encuentra un precedente en la historia de la Champions. Ocurrió en 2013 con el Bayern de Múnich, aunque no afectó a su clasificación ante el Arsenal. En el caso del Sevilla, sí resultó fatal.
No sólo eso, sino que el francés Samir Nasri se «autoexpulsó» por una pelea sin sentido con Jamie Vardy cuando ya tenía una tarjeta amarilla. Pieza fundamental para Sampaoli, dejó a su equipo por detrás en la eliminatoria y en inferioridad numérica. Pero es que el propio Sampaoli tampoco pudo ver el final del partido porque fue expulsado a siete minutos de la conclusión. Fue su segunda expulsión en esta Liga de Campeones, una reincidencia que le costará varios partidos de sanción.
Lo cierto es que hace 60 años que el Sevilla no se clasifica para los cuartos de final de la máxima competición continental. No lo pudo tener más cerca, y más recordando que el partido de ida llegó a ir ganando 2-0 al Leicester. El conjunto inglés, que después de su sorprendente título de la Premier League el año pasado está luchando esta temporada por evitar el descenso, acabó sacando un 2-1 en Sevilla que se demostró crucial al final.
Sendos empates en las dos últimas jornadas de La Liga sirvieron de aviso para un Sevilla que dejó de pelear el título, ya a cinco puntos del Real Madrid, y éste con un partido más por jugar. Durante el último mes, el conjunto de Sampaoli se fue cayendo físicamente y varios futbolistas clave –Vitolo, Nasri o N’Zonzi– entraron en un túnel de baja forma. El preparador argentino tampoco ofreció soluciones colectivas. De tal forma que el nombre de Sampaoli pasó de ser candidato a entrenar al FC Barcelona a desaparecer de la lista de favoritos.
Por contra, todo apunta a que el Sevilla, en uno de sus habituales gestos, ofrecerá en breve la renovación del contrato a Sampaoli. Un golpe de confianza para un final de temporada complicado. Así, el único objetivo del Sevilla, campeón de la Europa League las tres últimas temporadas, pasó a ser asegurar la tercera posición que actualmente ocupa en el campeonato español y que da derecho a clasificarse de forma directa para la próxima Champions. Aventaja en cinco puntos al Atlético de Madrid, precisamente su rival de la próxima jornada. Un partido que no le puede llegar en peor momento.