Grecia, cuna de la civilización moderna, tierra de filósofos y guerreros a partes iguales, tierra de dioses, de gigantes, de criaturas que con solo oír sus nombres ya producen escalofríos, tierra de los descendientes de Heracles, aquel hombre mitad humano, mitad dios que tuvo que vérselas con hidras, leones, minotauros o cerberos.
Hace ya más de 30 años en Iraklio, en la isla de Creta nació un héroe moderno, un héroe alejado de la rudeza griega, un personaje que de haber nacido 2500 años antes no habría llevado coraza ni cargado lanza y espada sino túnica y papiro para debatir por el Ágora, y entonces, quizás hoy en los institutos españoles estaría estudiándose la vida y obra de Samaras junto a la de Aristóteles o Platón.
Pronto abandonó la isla cretense para irse a Holanda, en 2002 la globalización del fútbol ya se había instaurado con la ley Bosman años antes y extrañaba cada vez menos que un griego que apenas rozaba la mayoría de edad hiciera las maletas para irse a la Eredivisie. Ahí aprendió el oficio de delantero, a pesar de su altura (1,92) tenía movimientos muy hábiles y técnicos con la pelota y comenzó a jugar en el extremo izquierda en el clásico 4-3-3 que se practica en la Eredivisie. Su misión desde el principio no fue fácil, la salida del goleador sueco Marcus Allbäck a la Premier League había dejado huérfana una cantidad de goles en las que Samaras debería de colaborar. Tras no contar demasiado durante la primera vuelta de competición empezó aprovechando las escasas oportunidades que le daba Foppe de Haan y en los primeros 60’ de competición que disputó fue capaz de marcar 3 goles.
Mientras los hoplitas griegos de Otto Rehhagel se coronaban campeones de Europa en 2004, Samaras seguía haciendo goles en Holanda. Pronto la exuberante Premier League llamó a su puerta, el Manchester City pre-jeque le contrató en el periodo invernal del 2006 por una cifra cercana a los 8M€. La competencia en Manchester junto a Vassell y Andy Cole le impidió contar con todos los minutos deseados, Stuart Pearce le utilizaba de revulsivo para las segundas partes. Dos años duró la aventura de Samaras en Manchester, llegó el primer desembarco monetario de los ‘skyblues’ para fichar en la delantera a Nery Castillo, Mpenza, Martin Petrov, Bojinov, Benjani, Sturridge y Caicedo. Con semejante cantidad de delanteros, unido a un cruce de declaraciones altisonantes con Richard Dunne, peso pesado en el vestuario citizen, lo que le facilitó la salida en el mercado invernal de 2008 con destino a Escocia.
Cercano el Deadline Day, el Manchester City cedió con opción de compra a Samaras al Celtic de Glasgow, una cesión que en unos meses se prolongó en compra tras abonar los 2,5M€ fijados. Pronto encajó en la filosofía de este centenario club con el que conquistó 4 Ligas, 2 Copas y 1 Copa de la Liga en 242 partidos donde marcó 72 goles y dio 51 asistencias para el deleite de los ‘Bhoys’. Siempre fue ejemplo dentro y fuera del campo, prueba de ello es la amistad que forjó en 2013 con Jay Beatty, un niño con síndrome de down que conoció en el autobús del Celtic tras un partido de Scottish Premier League, desde ese momento, el contacto entre Samaras y Jay se ha mantenido y se han visto en numerosas ocasiones, en la celebración del último título liguero del Celtic, Sammy invitó a Jay a dar la vuelta de honor con él, porque el fútbol también consiste en hacer feliz a los que mas difícil lo tienen.
De trote cochinero y aspecto Beatlesco siempre fue el más listo, el más hábil, el saber que correr contra un defensor más rápido es absurdo, el saber parar una contra para poner en ventaja a sus compañeros, el saber que un gol más o menos en lo personal siempre está por debajo del bien común, el saber cambiar de ritmo en el momento oportuno, porque era la única manera de superar en el uno contra uno a defensores más rápidos, el saber que un pase de gol hace feliz a dos personas porque nunca se ha fijado en balones ni en botas relucientes, todo esto quizás en su contra porque nunca se tuvo de él una percepción de jugador distinto, pero lo era, en Grecia así fue considerado, como el catalizador del juego ofensivo heleno, si la resistencia defensiva aguantaba, raro era que Samaras no iniciara una jugada de gol, bien es cierto que nunca fue el líder espiritual de la selección porque el carácter de Karagounis, Katsouranis o Zagorakis se imponía por encima de todo novato que por allí pasara. Y en Escocia, reino de ídolos, entrar en el Olimpo del Celtic es tarea complicada con nombres como Jimmy Johnstone, Bobby Lennox, Billy McNeill, Kenny Dalglish o Henrik Larrson entre tantos otros.
Su último Mundial fue grandioso, tras un debut difícil ante Colombia y un heroico empate ante Japón, las opciones pasaban por una victoria frente a Costa de Marfil, el equipo descansó sobre la figura del ‘7’ que desde la posición de delantero centro ganó el partido dando una asistencia a Samaris y provocando y marcando el penalti definitivo para la clasificación histórica de Grecia a unos octavos de final, frente a Costa Rica solo una tanda de penaltis privó a los helenos de avanzar otra ronda en la Copa del Mundo.
Tras un pésimo comienzo de Grecia en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2016, la carrera internacional en grandes campeonatos de Samaras parece que ha llegado a su fin, se antoja complicado que con 34 años pueda disputar el Mundial de 2018 siempre y cuando Grecia pueda clasificarse. A nivel de clubes tras una mala experiencia en los Midlands donde apenas ha jugado para el West Bromwich Albion se hizo oficial su contratación en Arabia Saudí para jugar por el Al-Hilal, allí coincidió con Thiago Neves, tras una breve etapa en Arabia, se marchó a la NASL, segunda división del fútbol estadounidense para jugar con el Rayo Oklahoma.
La última aventura de su carrera será en Zaragoza, una suerte para los que siempre soñamos con verle en directo, aunque no sea Celtic Park ni sea el mismo de hace 4 años, es un regalo para la vista que Samaras haya recalado en el fútbol español. Seguidores maños, no esperen esfuerzos prolongados, no esperen carreras de aplauso fácil, denle el balón, y todo será más fácil.
Toledo / Madrid | Fui uno de los 47.000 que estuvo en la despedida de Paolo Maldini [31 de mayo de 2009 (Artemio Franchi)] | Gestionando la información del Atlético de Madrid en @atletisphera y dándome el gusto con @fulhamsphera.
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