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Russell Westbrook, carta a un líder

Estimado Russell.

Entonces… ¿Nos quedamos en Oklahoma? ¿Cómo se te ocurre? Si todas las franquicias se estaban frotando las manos pensando en el próximo verano. Podías haber elegido el proyecto que deseases. Ser cabeza de león en cualquier parte. Imagínate; tú, californiano, con el oro y púrpura de Lakers, en la ciudad del séptimo arte y todos esos focos iluminándote. O piénsate en Boston, donde tantos han sido leyendas… Hey, que se han movido bien, tienen un equipo al que solo le falta un líder: un tipo como tú y aspirantes a todo. ¿Y sabes? En San Antonio, Parker ya no es el mismo. ¡Buah! Qué columna vertebral para estar en la pomada como mínimo el próximo lustro: tú – Kawhi – LaMarcus. ¿Se te ha pasado por la cabeza Miami? Ojo, que ahí se vive muy bien. Pregunta, ya verás. Son solo cuatro ejemplos, y es que absolutamente todos te querrían en su nave. Aunque mira por dónde, va a ser que no. ¿Qué motivos tendrás? Y es que la  fidelidad, Russ… ¿Me permites que te llame Russ? Pretendo decirte varias cosas y quisiera poder ser más directo, si no te importa… Pues decía que la fidelidad no está de moda en estos tiempo que corren.

Te cuento: yo he estado desconectado unos días. Imagina… El verano. Dejas el mundo aparcado y te entregas un poco al ocio, a los amigos, a tu gente, y al descanso. Yo todo eso me lo tomo en serio. Si me llega alguna noticia es siempre de rebote, o por las noches (bueno, por las noches… Antes de acostarme, tú me entiendes), cuando abres un poco twitter para comprobar que el mundo siga en su sitio, girando; o para saber de qué te hablan cuando pides un café en el bar del pueblo. Poco más. Fue así como me enteré de lo tuyo. De tu renovación. Mi reacción fue de asombro, pero a la vez se me escapó una sonrisa. De nuevo lo habías vuelto a hacer. Siempre sorprendiendo, siempre yendo más allá. Incluso cuando no parece posible.

Quizá no soy objetivo contigo, pues desde el principio he pensado que eras un monstruo. Cuando el mundo NBA se rendía a aquel asombroso Derrick Rose MVP, yo te miraba de reojo y decía: “¿esta gente no ve que posiblemente Westbrook tenga condiciones para ser mejor?” En tu contra jugaba… Bueno, jugaba cómo jugabas. Tu naturaleza anárquica en un equipo sin timón (Scott Brooks siempre me pareció un coach mediocre) poco favor te hacía cuando los entendidos analizaban tus maneras. De kamikaze para arriba afirmaban las masas. Perdías por ello muchos balones y tu promedio de asistencias en aquel momento no ayudaba a tomarte en serio como base. Y en tu equipo Kevin Durant. Rindiendo a tope, siendo la gran alternativa visible a Lebron James, el mejor jugador de los últimos tiempos. Además, cuando James Harden hizo las maletas y cumplió un esperanzador primer año en los Rockets, muchos aficionados (y también gran parte de la prensa) ponían en su punto de mira a la directiva Thunder. Creían que se habían quedado con el “malo”. El panorama no era el mejor, no. Y mientras, yo discutiendo con todos. Vale, Harden no es santo de mi devoción, pero independientemente de ello, creo que no hace mejores a sus compañeros. Y eso, en el baloncesto se me antoja vital. En ese argumento sostenía mi postura.

Oye, que a mí no necesitabas ganarme a estas alturas. Pero si hubieras tenido que hacerlo, con este gesto te habría bastado. Por el momento, por la forma. Recientemente le escribí otra carta a Kevin Durant: tu amigo, tu hermano. O eso decía él. A un hermano no se le comunica por mensaje de texto, como ha destapado Adrian Wojnarowski estos días, una decisión tan importante como la que él tomó. Que es libre de elegir su camino, por supuesto, pero hay maneras y maneras… Me dolió lo que hizo, no te lo negaré. Me dolió por el destino elegido, pero más por abandonar un proyecto que por fin parecía realmente capaz de dar sus frutos. Con Billy Donovan al mando aparentabais ser por fin todo eso que intuíamos. Y me dolió porque tengo en mente aun sus palabras cuando recogió el premio de MVP poco tiempo atrás. Te ponía por las nubes y mostraba un amor fraternal que a la larga ha resultado no serlo.

Quizá, Russ, deberíamos tomar más en consideración las palabras de otros que han sido más grandes que Kevin. ¿Qué te parece la propuesta? No sé… ¿Leíste a Michael Jordan? Comentaba que tu pasión por el juego, tu actitud, tu energía, tu clase o tu necesidad de validarte le recordaban a él mismo hace 30 años. A ver, que no lo dice un cualquiera, sino el más grande. Y recuerda también lo que expresó Kobe recientemente: afirmaba que tú eres lo más parecido a él. Mejor quédate con eso, porque esos dos tipos no necesitan halagar a nadie. Kevin sabía que debía tenerte contento como compañero. Por el bien del equipo, por su propio bien.

“No querría estar en otro lugar que no fuese Oklahoma City para jugar a esto”. Esas fueron tus declaraciones. Y prosigues con tu discurso dirigiéndote a los aficionados: “He estado aquí desde que tenía 18, 19 años. En los buenos y malos momentos siempre me habéis apoyado. Tener la oportunidad de ser leal me hizo descartar cualquier otra opción”. Y cuando te preguntaron por Kevin, simplemente evitaste el tema para recalcar el gran equipo que tenéis en OKC y que no imaginas un lugar mejor en el que estar. No sé si sabes quién fue Francisco de Quevedo. Pero una cita suya nos viene al pelo: «El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien». Así que debes ser un hombre de bien. Yo me sumo a ese razonamiento.

En unos tiempos en los que ser fiel a una franquicia parece tan complicado, un rayo de esperanza. Un Tim Duncan, un Kobe Bryant. Jugadores de otro tiempo. Larry Bird hace pocas fechas confesó que él jamás habría ido a los Lakers con Magic. Algunos dirán que es lógico, puesto que la agencia libre es algo relativamente nuevo (1989), pero es que creo que sus palabras fueron sinceras. Tú vas a ser ese tipo de jugador, de persona. Con principios, con valores. Y aunque tal vez en un futuro acabes saliendo de los Thunder, no creo que sea mientras te veas capaz de comandar al grupo, de ser un líder. Puede que un día te rindas, claro. Sin embargo, no antes de tiempo. No como Kevin, en absoluta plenitud. Esas cosas van en el carácter, está claro. Inconformista. Ese carácter que te hace crecer cada año para hacer mejor a tu equipo, y que por ahora te impide ir a un equipo que pueda hacerte parecer mejor a ti. No te preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti, sino qué puedes hacer tú por ellos, que diría Magic Johnson.

Bueno Russ, que mejor termino. Solo puedo desearte lo mejor. Y decirte que si ya era admirador tuyo, ahora seré incondicional. No te desearé suerte, sino salud; para que tú mismo ajusticies, que va más con tu estilo, ¿verdad? Estaré pendiente.

trueno

Tenerife. Estudié sociología aunque siempre he estado vinculado al mundo de la comunicación, sobre todo haciendo radio. Deporte en general y baloncesto más a fondo.

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