Ante todo pronóstico, con una Ucrania que parecía llegar fuerte tras el papel y la relevancia de algunos jugadores como Artem Dovbyk, Tsygankov, Mijailo Mudryk o Roman Yaremchuk, Rumanía venció y lo hizo cómodamente (3-0). Una victoria que llegó tras 24 años. Entonces logró vencer a Inglaterra en la Eurocopa 2000 y acceder a los cuartos de final del antiguo formato de la competición. Rumanía detectó las fragilidades del conjunto ucraniano y, con los goles de Stanciu, Marin y Dragus, logró el resultado más abultado que ha logrado la selección en el torneo. El combinado rumano, dirigido por Edward Lordanescu, encara su clasificación a octavos.
También hubo sorpresa en el segundo turno, con la victoria de Eslovaquia ante Bélgica (0-1). Los de Francesco Calzona, mostraron un juego atrevido y supo fortalecerse para no deshacerse ante un rival que, a priori, era superior. El único tanto del partido lo marcó Ivan Schranz a escasos minutos de su inicio. En 7’, Eslovaquia ya estaba por delante del marcador y los Diablos rojos, con dos goles anulados por el VAR, no pudieron hacer nada para remediarlo.
Austria también dio mucho que hablar en su disputa ante Francia, una de las claras favoritas del torneo. Los Bleus no mostraron su mejor versión, y parte de culpa la tuvo el mérito y la personalidad del combinado austríaco. Los franceses tuvieron que sudar y resistir para mantener un resultado por la mínima con un gol en propia puerta (Wöber) y adjudicarse la primera victoria (0-1), la número 100 del seleccionador Didier Deschamps. Un triunfo que estuvo marcado por la sustitución de Mbappé en los minutos finales, cuando abandonó el terreno de juego con la nariz sangrando. El delantero intentó rematar un balón de cabeza y chocó con el hombro de Kevin Danso. El comunicado de la selección francesa ha confirmado que el francés tiene una fractura nasal y que se descarta la operación. Algo que invita a pensar que el jugador podrá seguir disputando la competición con una máscara, una vez pueda reincorporarse a la selección.