Este miércoles por la mañana, mientras media España estaba pendiente de los niños de San Ildefonso que, desde el Teatro Real de Madrid, repartían la suerte a lo largo y ancho del país, a 7.650 km de la capital de España se producía un acontecimiento que podemos calificar de histórico.
Por el propio acontecimiento y por el protagonista. Como ya había anunciado hace unos días, el suizo Roger Federer ha emitido en riguroso directo su entrenamiento diario. Desde Dubái, el considerado por muchos mejor tenista de la historia, ha permitido a los millones de fans que aglutina en todos los rincones del mundo, disfrutar de su sesión practica, que ha compartido con el joven francés Lucas Pouille. Joven pero sobradamente preparado.
A través de la plataforma Periscope, Federer ha conectado con el mundo. Conduciendo a la pista. Preparación. Calentamiento sin raqueta. Y finalmente, ¡a jugar!. Durante toda la retransmisión, el helvético no ha dejado de comunicarse con los espectadores. Previamente a vestirse de corto, ha contestado a varias de las cuestiones que las centenas de miles de seguidores le han realizado.
Hoy se ha demostrado una vez más. El poder de las redes sociales. El poder del protagonista. Esta mañana, Federer ha aglutinado a casi 600.000 personas que, desde el sofá de casa, han podido ver en directo e interactuar con un hombre llamado Roger Federer. A todos ellos les ha tocado el ‘Gordo’.