En la mañana española del lunes 2 de enero, el mundo del tenis ha vivido el regreso del más grande. Como poco, de uno de los más grandes de este deporte. Roger Federer ha vuelto a jugar al tenis tras la derrota en semifinales de Wimbledon 2016 ante Milos Raonic, hace 178 días. Seis meses menos seis días.
El escenario, Perth. La competición, Copa Hopman. Un torneo ITF que reúne a ocho países en formato Round Robin. Este lunes, Federer ha necesitado 62 minutos (d. Evans 6-3 6-4) para conseguir su primera victoria del año.
El suizo no participaba en este evento desde 2002, cuando formó pareja en dobles mixtos junto a la que hoy es su mujer, Mirka Vavrinec, entonces novia. Entre medias, Roger ha forjado su leyenda: 17 Grand Slams, oro olímpico, Copa Davis y apenas 302 semanas como número 1. Amén de sus 88 títulos.
Como regalo de Año Nuevo, Roger Federer de nuevo en una pista de tenis. Difícil imaginar una noticia mejor. Bueno sí, el Décimo octavo. Para eso, habrá que esperar un poco más.
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