DPA | La gobernación del estado de Río de Janeiro decretó hoy la emergencia en el ámbito administrativo financiero y reconoció que tiene dificultades para «honrar los compromisos» asumidos para la preparación de los Juegos Olímpicos que comienzan el 5 de agosto.
El decreto, publicado hoy en el diario oficial regional, asegura que el segundo estado más rico del país atraviesa «una grave crisis económica» derivada de la caída de la recaudación.
Esa crisis «viene impidiendo al Estado de Río de Janeiro honrar sus compromisos para la realización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Río 2016«, afirma en el decreto el gobernador interino, Francisco Dornelles, quien reemplaza al titular Luiz Fernando Pezão, que está de licencia por enfermedad.
Entre otros aspectos, el decreto habilita a las autoridades competentes a adoptar las medidas de excepción que sean necesarias para racionalizar cualquier servicio público esencial.
El decreto advierte que el estado enfrenta «severas dificultades» en la oferta de servicios públicos esenciales, lo cual puede ocasionar «el total colapso en la seguridad pública, salud, educación, movilidad y gestión ambiental».
Incluso, alerta sobre el riesgo de que se llegue a la «interrupción de prestación de servicios públicos esenciales, lo que afectaría a la población del estado».
Según explicó el presidente de la Comisión de Tributación de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj), Luiz Paulo, el decreto de «calamidad pública» es una especie de «carta blanca» que obtienen las autoridades regionales para que el Gobierno central pueda otorgarle préstamos de emergencia sin autorización de la Asamblea Legislativa.
«El estado (de Río de Janeiro) podrá conseguir recursos con el Gobierno central o bancos privados sin que se tome en consideración su capacidad de endeudamiento», explicó Paulo, en declaraciones que recoge el diario carioca «Extra».
«Además, los secretarios (titulares de las secretarías regionales) podrán suspender contratos y cerrar otros sin licitación. Es una carta blanca por los próximos tres meses», sintetizó.
El agravamiento de la crisis económica se suma a las varias dificultades que enfrenta Río de Janeiro en vísperas del comienzo de los primeros Juegos Olímpicos que se realizarán en Sudamérica.
Entre otros, existen problemas de seguridad pública, con un aumento de hurtos y robos en las calles y tiroteos entre bandas de delincuentes y policías en plena vía pública; la epidemia del virus del Zika; y la contaminación no resuelta en tiempo y forma de las aguas en las que se realizarán pruebas durante los Juegos, entre otras.