Fernando Alonso va a pilotar en 2021 en Fórmula 1. A día de hoy, tras haber pasado ocho meses del anuncio de su regreso, sigo sin ser consciente del todo. Como si de un sueño se tratara, vuelve al escenario del que nunca tuvo que marcharse. Cuando dijo ‘Hasta luego’ me lo tomé como un ‘Hasta siempre’ porque sus opciones en la categoría parecían haberse terminado. No por su talento, el cual ha demostrado en otras categorías que lo sigue teniendo, sino porque no habría un proyecto adecuado para él en las siguientes temporadas.
En este período de dos años me he ido acostumbrando a no leer ALO mientras veía una carrera de Fórmula 1. Costó. Mucho. Pero poco a poco me fui adaptando a ello. Ahora me resulta todo lo contrario. No termino de creerme que el piloto por el que me enganché a este deporte haya decidido volver con 39 años.
Lo mejor de todo es que en su cara se ve reflejada la ilusión de un joven piloto que quiere dejar su huella en la categoría. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, regresamos al principio de los años 2000. Además, su retorno a la Fórmula 1 es con Renault, el equipo en el que logró sus dos campeonatos del mundo.
Por ello, esta situación me hace pensar en ‘Regreso al futuro’. En la película, Marty McFly viaja al pasado. Con Fernando Alonso veo dos viajes temporales. El primero, el suyo propio. Sus ganas me hacen pensar que el piloto de 2006 ha viajado en el tiempo hasta 2021 porque sabe que cuando se retira en 2018 se va sin un tercer mundial y no quiere que su final sea ese.
Conocedor de lo que le va a suceder en el futuro, decide subirse al Delorean a finales de 2006 para terminar de escribir su historia a partir de 2021 con Renault, Alpine en este futuro al que viaja. Sabe que el éxito no está asegurado, pero dará todo lo que tenga para que su final en la Fórmula 1 sea distinto.
El segundo viaje temporal lo encuentro en los espectadores. Al menos a mí me da la sensación de que yo lo hago. Al contrario que el de Fernando, que lo planteo del pasado al futuro, creo que el mío es del presente al pasado. Volver a ver al español pilotando para Renault en un monoplaza pintado de azul me hace retroceder 15 años en el tiempo. Por supuesto que la situación no es la misma, pero la nostalgia no me la quita nadie. Verle de nuevo en la pista es un cúmulo de sensaciones y recuerdos muy bonitos. Como se suele decir, cuando lo veo parece que se me ha metido algo en el ojo.
Tenemos un viaje al futuro, el de Alonso, y otro al pasado, el nuestro. Ambos con un denominador común que es la ilusión de volver a verlo competir por los mejores puestos de la categoría. Fernando se ha subido a su Delorean pintado de azul y amarillo y ha decidido que su viaje temporal sea de diciembre de 2006 a marzo de 2021. Quiere reescribir su final.
En esta nueva línea temporal se juntan dos Fernandos. El Fernando que viene de 2006 a cerrar de la mejor manera posible su tránsito por la Fórmula 1 y el Fernando de 2021 que acumula toda la experiencia ganada a lo largo de los años. Ambos tienen unas ganas enormes de dar su 120 % en la pista y ansía por volver a ganar. El proyecto no sabemos cómo va a terminar. No podemos coger el Delorean y viajar a 2025 para saber si consiguió grandes resultados en esta etapa. Pero es que tampoco quiero hacerlo. No quiero que nadie me cuente si Alonso volvió a luchar por los primeros puestos en su regreso. Quiero verlo con mis propios ojos.
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