En 2015 el Daily Mirror advirtió de que estaban a punto de cerrar la compra del Leeds con Massimo Cellino, propietario único del club inglés por entonces. Un año después, saltaron las alarmas en Italia, más concretamente en Udine, cuando la prensa publicó que la familia Pozzo iba a venderles el Udinese. Ninguna de las dos operaciones llegó nunca a concretarse.
«Estamos listos para sentarnos en la mesa con Red Bull, así que hemos establecido contacto con su director». Así se lo comunicó a sus seguidores de Facebook el líder del partido Trots Haarlem, Sander van den Raadt, poco después de escuchar en la emisora BNR Nieuwsradio el deseo de Jan Smilders, director de Red Bull Holanda: «Nuestra filosofía es adquirirlo todo en propiedad, club, nombre y estadio. Buscamos un club que pueda necesitar de nuestra ayuda, un equipo pequeño al que ‘darle alas’».
Red Bull planea comprar un equipo de fútbol en Holanda. Por deseo de Jan Smilde, director de Red Bull Holanda. https://t.co/zb30LrpyeM
— vL (@v_Labastida) 3 de abril de 2017
El pase de Smilders significaba una ocasión de gol manifiesta a nivel político y Van den Raadt estaba listo para empujar la pelota. Era el momento idóneo para tratar de cumplir uno de los puntos que Trots Haarlem –con apenas un representante en el ayuntamiento- defendía en el programa con el que se presentaron a las últimas elecciones municipales: devolver a la vida al HFC Haarlem, nacido en 1889, declarado en bancarrota en 2010 y disuelto el mismo año. «No puede ser otra más que nuestra ciudad, aquí tenemos al equipo de fútbol más antiguo del país», apuntó Van den Raadt en referencia al HFC Koninklijke, fundado en 1879 y actualmente en Tweede Divisie (3ª división).
No era descabellada la propuesta del líder de Trots Haarlem. Aunque el fútbol profesional holandés sea capaz de proporcionar una larga lista de equipos necesitados de “alas”, ávidos de una inyección económica urgente, el fútbol amateur brinda mejores condiciones para que la conocida marca de bebidas energéticas desembarque lo más cómodamente posible. La dimensión de los clubes (masa social, ingresos, aspiraciones, prestigio, etc.) es inferior a todos los niveles, por lo que la oposición a una refundación bajo el nombre y la capacidad financiera de Red Bull, dejando atrás la identidad y la esencia histórica de la entidad electa, sería menos traumática socialmente. Por otro lado, el actual sistema de promoción implementado por la KNVB (Real Federación Holandesa de Fútbol) desde principio de temporada jugaría a favor de la multinacional austriaca de origen tailandés, ya que le permitiría dar el salto del amateurismo al contexto profesional. Algo que lograría en muy poco tiempo teniendo como ejemplo su experiencia en Leipzig.
El Haarlemsche Football Club Haarlem, refundado el mismo año de su defunción con el nombre de Haarlem-Kennemerland tras fusionarse con un club vecino para esquivar la desaparición total, ahora juega en Vierde Klasse (9ª categoría) mientras camina con silenciosos pero incesantes pasos hacia el olvido. Poco queda ya en pie de aquel HFC Haarlem que ganó una liga (1946) y dos copas (1902 y 1912) e incluso llegó a participar en una Copa de la UEFA en 1982, cuando el profesionalismo ya había dejado de ser un fenómeno puramente extranjero. El Haarlem-Kennemerland tan solo ha mantenido con vida el escudo, incluido en el nuevo a modo de detalle ornamental, y el estadio. El mítico y decadente Haarlemstadion, donde un día jugaron como locales, enfundados en inconfundibles camisetas azules y rojas, futbolistas de la talla de Johnny Rep, Gullit, Numan, los bigotudos Abe van den Ban y Johan Derksen o el todavía en activo Gregory van der Wiel, hoy padece a equipos desconocidos como el Bloemendaal o el Alliance ‘22 esperando ser demolido algún día desde hace ya más de un año.
El afán de Red Bull por soltar sus toros rojos en los prados del voetbal es la última oportunidad de volver al primer plano mediático y, sobre todo, futbolístico para equipos como los extintos HFC Haarlem o RBC Rosendaal o el perenne DOSKO, que se estrenó en el fútbol profesional un año antes de que germinara la Eredivisie en 1956 y que ahora milita en Hoofdklasse (5ª división). No serán pocos los que llamen a la puerta de Red Bull solicitando permiso para volar, pero en el portfolio de Red Bull solo cabe uno más –de momento- al lado de Red Bull Ghana (2009-2014), Red Bull Salzburg, New York Red Bulls, Red Bull Brasil y RB Leipzig. No obstante, la KNVB, avisa: «Es imposible que Red Bull pueda ser accionista de un equipo de fútbol profesional holandés si está vinculada directa o indirectamente a otro equipo profesional miembro de la UEFA».
Estructura del voetbal (16/17):
1ª div. – EREDIVISIE – Profesional
2ª div. – EERSTE DIVISIE – Profesional
3ª div. – TWEEDE DIVISIE – Semiprofesional
4ª div. – DERDE DIVISIE – Semiprofesional
5ª div. – HOOFDKLASSE – Amateur
6ª div. – EERSTE KLASSE – Amateur
7ª div. – TWEEDE KLASSE – Amateur
8ª div. – DERDE KLASSE – Amateur
9ª div. – VIERDE KLASSE – Amateur
Gasteiz, 1992. De mayor quiero ser el bigote de Johan Derksen. Voetbal is van ons.
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