El Real Madrid conquistó su 11ª Euroliga tras vencer a Olympiacos (78-79) con una canasta de Sergio Llull a falta de 3 segundos que ya es historia del baloncesto europeo. Los blancos se proclamaron campeones tras un camino épico que tenía que terminar, cómo no, de la misma manera.
Cuando solo quedaban 2 minutos, los de Chus Mateo perdían 78-72. Sergio Rodríguez anotó una canasta de dos y un triple que llenaron de esperanza al Real Madrid. Lo que pasó después fue, simplemente, un momento icónico. Por el momento, por el protagonista y por la acción. Una mandarina de Llull in extremis que valió una Euroliga. La canasta más recordada de uno de los jugadores más clutch que ha visto el baloncesto FIBA.
No fueron suficientes los 29 puntos de Alexander Vezenkov, como tampoco lo habían sido unos días antes el 0-2 de Partizan o las ventajas de los serbios en el tercer y el quinto partido. El Real Madrid ha desafiado a la lógica. Una suma entre lo intangible, la leyenda blanca, y lo que sí es meramente baloncestístico. En esto último tienen mucho que ver Edy Tavares, que fue nombrado MVP de la Final Four y estuvo colosal en los playoffs, y la experiencia de Sergio Llull, Rudy Fernández y Sergio Rodríguez, incombustibles.
Es un título con el que pocos contaban y que cambia por completo futuro el destino de Chus Mateo, que ha pasado de estar discutido durante casi toda la temporada a proclamarse campeón de la Euroliga de la manera más épica posible y a afrontar los playoffs de la ACB siendo el gran favorito. La 11ª ya es una realidad. Europa y el Real Madrid, no trates de entenderlo.
Foto de cabecera: RMBaloncesto (Twitter)
