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Sevilla

"Querida afición ..."

Cuentan las lenguas antiguas que un 14 de octubre nació una ilusión. Su madre fue Sevilla y le prestó su nombre. Y para defenderlo le dio una afición. 

Una afición que hoy no estará físicamente en el Sánchez Pizjuán, pero que ha llevado en volandas a un Sevilla que durante los últimos 15 años se ha convertido en el Rey de la Europa League, y aspira a dar un salto definitivo para instalarse en la élite europea del fútbol, superando por primera vez los 1/8 de final de Champions.

Un ejemplo de sevillanía, familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán, porque su corazón siempre late gritando ¡Sevilla! Y le lleva en volandas por siempre a ganar, hoy con permiso de Jadon Sancho y Erling Haaland, los principales peligros de un Dortmund que llega peor que los de Lopetegui, pero que tiene más cuajo en la competición, pese a ser un equipo tremendamente joven, sobre todo de mediocampo en adelante, y con evidentes debilidades atrás.

Y es por eso que hoy irá a verle, aunque sea desde la tele, y sevillista será hasta la muerte, y por eso la Giralda presumirá orgullosa de Koundé, Diego Carlos y Fernando, la Santísima Trinidad, y de ver al Sevilla en Europa en el Sánchez Pizjuán. 

Dicen que nunca se rinde, se lo pueden preguntar a Middlesbrough, Espanyol, Benfica, Dnipro, Liverpool e Inter. Y el arte de su fútbol no tiene rival y por eso hoy es la oportunidad que más de cien años su equipo lleva luchando en el nombre de la ciudad. 

El Sevilla camina en su tercer siglo de vida y se compone de muchas piezas disgregadas a lo largo de la historia. Antes de estos 15 años de éxito reciente, hubo muchos antes que fueron marcando el camino. 

El Sevilla es una carrera Arza, un salto de Campanal, la entrega de Pablo Blanco, el brazalete de Antonio Álvarez, los coj… o como se diga, de Manolo Jiménez, los goles de Polster, las faltas de Bengoechea, el arte de Maradona y Suker y el pisálo de Bilardo…

Y siempre Sevilla, Sevilla, Sevilla, la afición está presente, Sevilla, recordando las noches mágicas europeas más recientes. Comenzaron con el zurdazo mágico de Antonio Puerta al Schalke en 2006, la cabecita de Palop en Donetsk un año después, el gol de M’bia en Mestalla en 2014 o la noche mágica en la que José Antonio Reyes levantó la vieja UEFA, en Basilea y contra el Liverpool, hace ya más de un lustro.

Unos desde el cielo y otros desde aquí abajo, harán fuerza para que la afición disfrute de nuevo, compartiendo los éxitos europeos del Sevilla, compartiendo la gloria de su escudo y el orgullo de su ciudad.

La obra de Monchi, ese majestuoso arquitecto que lleva haciendo magia otra vez en Sevilla desde la primavera de 2019, afronta otro reto más, ver al club de su vida compitiendo entre los ocho mejores equipos de Europa. Queda el paso más difícil y más meritorio, quizá el salto más grande.

De la mano de Julen Lopetegui, uno de los entrenadores más capacitados y preparados del mundo, y de una afición que no estará presente, pero que siempre se siente, y como diría el gran y añorado Gaspar Rosety, donde siempre, en La Bombonera de Nervión.

Imagen de cabecera: Mike Hewitt/Getty Images

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