Los movimientos en Can Barça no paran. Mateu Alemany y los suyos trabajan sin descanso para solucionar los infinitos problemas que todavía atemorizan al Barça, al menos los referentes a lo deportivo. Todavía con la telenovela “Ousmane” abierta, todo indica que Adama Traoré se incorporará al grupo bajo las órdenes de Xavi.
Son dos películas estrechamente relacionadas pues ambos jugadores ocupan la misma posición y, en caso de que el francés termine en otro club, algo bastante probable a día de hoy, el canterano blaugrana cedido por los Wolves podría (y por ahora solo es una posibilidad) ser su sustituto. Son dos jugadores muy diferentes y a la vez similares. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que son diferentes, por ejemplo, en el físico. Adama es un tanque soviético listo para colisionar con un muro de hormigón, mientras que Ousmane tiene una complexión más bien delgada y escurridiza. Adama brilla por su velocidad mientras que Ousmane, sin ser para nada lento, digamos que no llega al nivel del español. Dembélé, por su parte, es superior en el regate, el descaro uno contra uno, el manejo de ambas piernas y su disparo de larga distancia. Cualidades que lo han convertido en un jugador especial y codiciado por muchos, sobre todo ahora que tiene problemas en casa.
Pese a todas estas diferencias, Ousmane y Adama ocupan la misma posición y ofrecen cosas similares al equipo: “algo diferente”. Sé que suena raro, pero es así. Recuerdo cuando el Barcelona era un equipo plano (hace muy poco tiempo, no nos engañemos) en el que prácticamente no había movimientos y no se jugaba a nada. La esperanza era que una de las estrellas que estaba en el campo se sacase una genialidad de la manga. Es esa época, siempre que entraba Dembélé al campo se decía de él que ofrecía algo diferente, que revolucionaba el partido gracias a su descaro. Pues Traoré es ese tipo de jugador. Para el público exclusivamente nacional, se pudo ver en sus participaciones con la Selección Española en las que, mayoritariamente desde el banquillo, entraba al campo y comenzaba a retar a sus rivales en velocidad, en cuerpeo, con regates… Se nota en él ese toque anárquico que lo diferencia.
La operación de Adama Traoré al Barcelona está estrechamente relacionada con la cesión a los Wolves de Francisco Trincao, un tercer extremo derecho (principalmente) que añadir a la ecuación. Según se comenta, la cesión de Adama sería hasta final de temporada con una opción de compra no obligatoria que rondaría los 30 millones de euros. Por su parte, la cesión de Trincao tiene unas condiciones muy similares: hasta final de temporada, opción de compra de 25 millones de libras (unos 30 millones de euros) y penalización de 6 millones si el Wolverhampton no hace efectiva la compra. En el caso de que, a final de temporada, ambos equipos estén contentos con sus jugadores cedidos, podría incluso darse un intercambio permanente. Nada es seguro, pero es una posibilidad. Evidentemente, todo esto está condicionado al rendimiento de cada uno en sus destinos.
Tras hacerlo Eric García, otro canterano regresa a casa tras su aventura en la Premier. ¿Qué tendrá el Barcelona que todos regresan? Por ahora, muchos problemas que solucionar dentro y, sobre todo, fuera del campo. Esperemos que los resultados deportivos acompañen para así poder tratar los externos con mayor tranquilidad. A pocas horas para que se haga oficial lo de Adama, el movimiento ya se da por hecho por lo que, con un par de asteriscos, solo me queda darle la bienvenida a Adama Traoré al Barcelona (otra vez). Desde aquí, le deseo humildemente lo mejor.
Imagen de cabecera: FC Barcelona