¿Qué nos va a quedar?

He
leído en más de un lugar, que cuando el escritor está triste o irritado, es el
mejor momento para ponerse delante de una hoja en blanco y comenzar a enlazar
frases. Paradojas de la vida. Cuando peor estás, mejor escribes. Sorprendentemente,
en el fútbol suele suceder lo mismo. Que le pregunten a Diego Costa, el típico
futbolista que necesita estar en constante pelea en el terreno de juego, ya sea
con el central de turno, con el entrenador rival o con un compañero de su equipo.
El aficionado, sin embargo, come aparte.

En
mi última columna aseguré que los socios comienzan a sentir una indiferencia
que es preocupante. Puede que sea el sentimiento más peligroso en un deporte
que precisamente debería decirte algo, aunque sea enfado. Pero, ¿qué pasa
cuando debes pagar un carnet de socio? La pregunta viene por la posible marcha
de Gerard Moreno. Una vez más, la prensa ha vuelto a hacerse eco de la
posibilidad de que el 7 perico deje el club blanquiazul. Cuadrar cuentas, de
nuevo. Promesas rotas.

¿Qué
le va a quedar al Espanyol? Más allá de que haya marcado más de la mitad de los
goles del cuadro catalán o que sea uno de los delanteros más trabajadores de la
liga, Gerard es el emblema. Él era -como dice la canción- el hombre llamado a
sustituir a Raúl Tamudo. Un chico de la casa, que siente el club como cualquier
niño que se sienta cada domingo en la grada.

El culebrón de Gerard va a encender muchísimos fuegos este verano. Pero,
aunque los fuegos no sirvan para nada en agosto, vale la pena dejarlos
encendidos para diciembre, no vaya a ser que haga frío. No sabemos si se va a
quedar. Pero si la directiva lucha por su continuidad y acaba siguiendo quizás
se despierten emociones entre la gente. Cuestión de sentir. Algo debe quedar.