Nada, al Barça no le pasa nada fuera de lo común. Contexto: tras una racha de 18 partidos sin perder, los pupilos de Xavi han caído en dos partidos consecutivos, vs Manchester United y Almería. La derrota en casa del United supuso la eliminación en 1/16 de la Europa League, mientras que el partido en el Power Horse Stadium era la oportunidad de ponerse a 10 puntos del Real Madrid en liga tras su empate en el derbi madrileño, ocasión desperdiciada.
Si bien nos habíamos acostumbrado a un Barça imbatible, perder partidos es lo más normal del mundo en la élite. Sin ir más lejos, Arsenal y Napoli, ambos líderes de sus respectivas ligas, llevan prácticamente el mismo promedio que el Barça. En liga, el Napoli ha perdido un partido menos, que ganó, y otra victoria extra pues han jugado un partido más que los culés, lo que quiere decir que, si el Barça gana su próximo encuentro de liga, solo estaría tres puntos por debajo del Napoli, el equipo de moda en Europa que está arrasando en Italia. Respecto al Arsenal, el promedio es mejor. Con un partido más que el Barça, suman una victoria menos, y un empate y una derrota más. Como vemos, no hay mucha diferencia.
El tema en Europa es diferente. El Barça se ha estrellado una vez más, este año cayendo en los dieciseisavos de la Europa League. Si bien la etiqueta de «fracaso» no se la puede quitar nadie al desempeño de los de Xavi en las competiciones continentales, no se puede negar que no hubo nada a favor. Es más, todo fue en contra. En Champions quedaron enmarcados en el grupo más difícil, con dos bichos como Bayern e Inter. Como mínimo, hubo dos penaltis claros que no se pitaron a favor de los culés, penaltis que de haberse sancionado seguramente habría cambiado la cosa. Una vez cayeron a la UEL, el sorteo no fue para nada benévolo, por no decir que tocó el rival más difícil que podía haber tocado. Ya lo era en 2022, cuando fue el sorteo, y lo fue más todavía en 2023 tras el brutal crecimiento de los ‘red devils’ bajo las órdenes de Ten Hag. Perdiese quien perdiese, sería un fracaso. A todo esto hay que sumarle las bajas de Dembélé, Busquets y Pedri (a partir del min 40) en el partido de ida, y de Dembélé, Pedri y Gavi en el de vuelta, probablemente tres de los 6 o 7 jugadores más importantes de la plantilla.
Tras estas dos derrotas parece que se acaba el mundo, pero no. El Barça sigue líder en liga y está en semifinales de la Copa del Rey, motivos más que suficientes para tener la cabeza alta y el estómago con más hambre que nunca. Este jueves se enfrentan al Real Madrid en el Bernabéu en la ida de las semifinales de la Copa por lo que no hay tiempo para lamentos. A las bajas de Dembélé y Pedri hay que sumarle la de Lewandowski, que sufrió una sobrecarga en el partido ante el Almería. Las desgracias no paran de acumularse en el Camp Nou, pero lo dicho, no hay tiempo para lamentos. Esto no para.
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