El físico importa pero la clase no se negocia. Luke Kennard demuestra está teoría en cada partido que salta al parqué. Un fuera de serie capaz de anotar ante cualquier rival, de cualquier manera, y en cualquier momento. Un versátil y talentoso escolta cuya puntería y movimientos le sobran para brillar entre atletas físicamente superiores.
Así se presenta en sociedad este rubio, pálido y testarudo en su objetivo de anotar más y más puntos cada partido. No tiene un camino fácil por delante. No son rosas lo que le espera si una vez completado su periplo universitario asciende hasta la NBA, pero todo aquello que merece la pena en esta vida cuesta ser obtenido. Sangre, sudor y lágrimas se dice, y aunque esperemos que no la primera, lo segundo y probablemente lo tercero se crucen en su carrera deportiva.
Hoy en día Luke es una de las piezas básicas del entramado dirigido por Coach K en Duke. Rodeado de futuras estrellas en la mejor liga del mundo, o eso vaticinan los expertos, Kennard no tiene nada que envidiar a sus compañeros, y a pesar de que su figura no acapare la misma atención mediática, sus actuaciones proyectan su sombra con la esperanza de ser captada por los ojeadores entre tanto gigantón ensalzado.
Hace solo unos meses, apenas se barajaba la posibilidad de ver a Kennard ubicado entre los fijos de una de las plantillas universitaria más reconocibles y laureadas de la NCAA, y sin embargo las tornas han cambiado bruscamente. Lo inesperado se hizo realidad, y a día de hoy, nadie duda de su magia. El joven Luke ha sorteado todas las pruebas y ha dejado de ser un frágil e inexperto padawan para encontrar el Jedi que su energía esconde. 20 puntos y cinco rebotes por partido lo demuestran, el segundo nivel ya ha sido alcanzado. Ello le pone en la mesa de los nombres a tener en cuenta como posibles futuras amenazas para el gran imperio baloncestístico a nivel mundial, la NBA.
Este año en Duke está dando que hablar, y aunque aún le queda mucha temporada, algunos esperan su entrada en el draft este mismo año, desvelando así una serie grandes incógnitas ¿Será el apuesto Jedi capaz de superar los obstáculos que se avecinan? ¿Será capaz de demostrar que el talento sirve para triunfar, o caerá como les ha pasado a otros jugadores similares antes que él? Véase Fredette, Morrison…Etc. Jugadores con un despliegue de armas ofensivas sin precedentes que prometían irradiar luz en la NBA y se taparon con la oscuridad más absoluta de la que no supieron salir, o no quisieron, al rechazar un cambio de aires a tiempo.
La historia está contra Luke, pero para eso está la historia, para cambiarla. “El futuro está para ser vivido, nada está preestablecido”. Kennard y su poder contra el imperio, veremos quién gana. Físico versus talento. Una pizca de aire fresco que pretende romper los estigmas de un reino casi monopolizado por prodigiosos atletas. ¡Qué la Fuerza te acompañe Luke!