Han pasado siete meses desde la última vez que el Valladolid había pisado
puestos de descenso a Segunda División. Era la jornada 5 y el equipo de Sergio
González perdía 3-1 ante el Celta en Balaídos. Un gol en el último suspiro de
Leo Suárez supuso un punto que no sacó a los blanquivioletas del agujero, pero
le reforzó la moral de cara a salir de él. Detrás de aquel 3-3 llegaron cuatro
triunfos consecutivos, tres de ellos ante rivales directos (Levante, Villarreal
y Huesca) y uno más prestigioso en el Benito Villamarín (0-1).
Pasó de ser penúltimo a ocupar puestos de Europa League casi sin que nos
diéramos cuenta. Entonces todo eran alabanzas en el José Zorrilla, sobre todo
para una defensa que solo había encajado seis goles, el que menos a excepción
del Atlético. Nacho, Calero, Kiko Olivas y Javi Moyano eran los nombres de una
zaga que se conocía de memoria. Fue la del ascenso, como lo fue también la
portería (Masip) y casi la totalidad del once. La única baja considerable
respecto al curso pasado y que todavía escuece en Pucela es la de Jaime Mata.
Porque si de algo adolece el Valladolid es de falta de gol. La marcha de su
goleador (anotó 35 goles la pasada temporada y lleva 15 en esta con el Getafe)
trató de paliarse con la llegada de Enes Ünal y Duje Cop en verano. Ninguno
cumplió las expectativas. El turco cedido por el Villarreal marcó ante el
Getafe por primera vez en más de cuatro meses. El croata está viviendo un
tormento a base de lesiones musculares. Así que el club se gastó siete millones
en enero para traer más pólvora.
Sergi Guardiola, el fichaje más caro de la historia del club y autor de 24
tantos la campaña anterior con el Córdoba; y Steven Plaza, un prometedor ariete
ecuatoriano avalado por Ronaldo. El primero, titular indiscutible, marcó su
primer gol siete partidos después. El segundo solo ha disputado 36’ y lleva
seis partidos fuera por una lesión de rodilla.
Los pucelanos solo han marcado 26 goles en 32 jornadas de Liga, los que
menos del campeonato, un dato que les lastra tanto como los terribles tramos
finales de los partidos. En el último mes, el Valladolid ha perdido seis puntos
en los últimos 15 minutos de encuentro, incluido el de Jorge Molina ante el
Getafe en el 94’. Solo dos victorias en las últimas 17 jornadas. Las
sensaciones son las de competir contra cualquiera, pero nunca rematar la faena.
Sus rivales por la salvación tienen a Raúl de Tomás, Samu Chukwueze, Iago
Aspas, Christian Stuani o José Luis Morales. Sergio no tiene un jugador diferencial
que le desatasque un partido o le salve los muebles al final. Eso le puede
condenar. “Si repetimos este partido saldremos adelante”, dijo el técnico tras
otro duro golpe en el añadido. Como equipo es de los más rocosos de la Liga,
pero sin ‘punch’ el infierno parece inevitable.
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