El presidente del club argentino de fútbol Temperley, Hernán Lewin, renunció al cargo tras recibir amenazas de la «barra brava», el sector más violento de la afición, por no acceder a sus peticiones. Lewin anunció su dimisión en la través de un comunicado por las redes sociales y la página del club de la zona sur de las afueras de Buenos Aires. Durante su mandato Temperley consiguió dos ascensos consecutivos y llegó a primera división, por lo que su renuncia tuvo un fuerte impacto en el club.
«Este es un mensaje de despedida para todos los hinchas del Cele. Lo estuve pensando varios días y hablando con gente que me quiere y he tomado la decisión de dar un paso al costado en mi cargo de presidente del club. Más allá de la tristeza que siento mientras estoy escribiendo estas líneas, creo que es lo más saludable para el futuro de Temperley», señaló el ahora ex dirigente.
«Algunos pensarán que no soy valiente, los que me conocen saben que no es así, que fui un luchador toda mi vida y me enfrenté en mil batallas, la última duró 10 años y la ganamos juntos con mi hijo Laureano. Desde ese día, elijo solo las batallas que tienen sentido», sostuvo. Lewin se refirió así a la donación de un riñón a su hijo de 9 años, que atravesaba una grave enfermedad.
El ex dirigente remarcó que «algunas veces, la mejor forma de torcer el destino, es caminar derecho». Según informó la agencia estatal Télam, Lewin recibió en los últimos tiempos fuertes presiones de los hinchas violentos para que les otorgara determinados beneficios económicos, a las que se negó. Temperley está hoy en el puesto 22 de la tabla de 30 equipos del torneo de primera división, con ocho puntos ganados en ocho fechas, y en zona de descenso directo en la tabla de promedios.