El parón liguero debido a los compromisos internacionales llega a su fin. El próximo fin de semana volveremos a vivir la tensión y la emoción de la competición doméstica, recuperando la lucha por el título liguero que, principalmente, se disputan el Real Madrid y el Barcelona. Sin embargo, Gerard Piqué se adelantó a su regreso a la ciudad condal ofreciendo unas declaraciones tras la finalización del encuentro que enfrentaba a España con Francia en tierras galas en las que se refirió al Real Madrid, expresando su opinión sobre aspectos extra futbolísticos relativos al club de la capital de España, eligiendo quizás un momento inadecuado para ello.
Sin entrar a valorar el contenido de las declaraciones del futbolista culé, sí que es cuestionable el momento elegido por Gerard para realizar tales declaraciones, teniendo en cuenta que se acababa de disputar un encuentro con la selección española y que el jugador aún se encontraba en la concentración del combinado nacional.
Es de sobra conocida la personalidad del futbolista, proclive a ofrecer sus opiniones personales sobre cualquier tema futbolístico o incluso de carácter ‘político’ sin ningún tipo de reservas y es totalmente respetable que Piqué pueda ejercer su derecho a la libertad de expresión en la forma que considere oportuno hacerlo. En cualquier caso, quizá el futbolista perteneciente a las filas del club azulgrana, pudiera valorar que en la elección del momento oportuno puede encontrar la virtud, o por ende, saber detectar el defecto de escoger el instante más inoportuno para abordar un tema que no corresponde a las circunstancias.
Es posible que la mayor ‘perjudicada’ por tal defecto sea la propia Federación Española de Fútbol, por diversos motivos. Si comenzamos por el más evidente, encontramos que tras una prestigiosa victoria ante una selección de envergadura como la francesa, la atención queda desviada hacia un tema de clubes y la polémica que se puede crear alrededor de ello ensombrece el buen papel desempeñado por el conjunto dirigido por Lopetegui, con el propio Piqué como uno de los jugadores más destacados del encuentro. Incluso, si ahondamos en las posibles repercusiones de las declaraciones y su escenario, cabría esperar que los jugadores del Real Madrid asiduos en las convocatorias del seleccionador puedan sentirse molestos antes unas declaraciones de un compañero de vestuario hacia el club al que pertenecen, agravado por la inoportuna elección del marco temporal en el que se han producido.
El defecto se ha producido, no hay vuelta atrás en esta ocasión. Para el futuro, Piqué y los que lo rodean, en todos los ámbitos, quizá puedan reflexionar sobre lo ocurrido, valorarlo y tratar de encuadrar cada declaración pública en un marco adecuado, para hacer del momento virtud, y no defecto.