Los cambios siempre cuestan. Los cambios de hora, de estación, de armario, de trabajo, de piso… Los cambios, en general, cuestan y son difíciles, además tienen su propio proceso de transformación que, en el mejor de los casos, puede ser corto o, en el peor, todo lo contrario. A mí, personalmente, me dan dolor de cabeza. Si por mí fuera, pasaría del punto A al punto B saltándome cualquier proceso de modificación que altere mi estabilidad. Teletransportación. El cambio generacional que está viviendo la Roja también le está dando migraña a más de uno y parece que va para medio-largo plazo.
La convocatoria, las rotaciones, el 11 incial, el juego, el estilo… son los principales focos de la crítica de la que tiene que excusarse Luis Enrique rueda de prensa sí y otra también. Como todos, en la vida no le puedes gustar ni caer bien a todo el mundo y que Luis Enrique, en ocasiones, no levanta pasiones es una evidencia. Pero creo que hay gente que le ha estado esperando, le tiene ganas. Está esperando el primer desliz, el error o la derrota para atizarle. Muchos seleccionadores prueban cosas, cambian de idea o no encuentran lo que están buscando. El asturiano no es el único ni de lejos. Esta selección está en un momento de probaturas, quizás no por elección propia, sino porque es lo que hay. Mucha gente está preocupada porque no hay un bloque sólido sobre el que trabajar a tres meses antes del inicio de la EURO. Se le critica sus convocatorias, los jugadores poco conocidos, los que han tenido pocos minutos con sus respectivos equipos, se le compara con sus predecesores… Y me parece que hay mucho seleccionador suelto por ahí. Algo habrá visto en los elegidos, digo yo. Para eso están las convocatorias, ¿o es que sólo hay que probar en los amistosos en los que ni España está suficientemente motivada ni el rival tampoco?
Está claro que el seleccionador español tiene otra formar de trabajar y otras ideas diferentes a las anteriores y, como decía, los cambios y aquello que es diferente, cuesta asumirlo. También se le critica sus palabras tras el partido ante Grecia en las que remarcaba el trabajo defensivo del equipo, en lo que se puede estar o no de acuerdo, faltaría más. Pero vamos, que si hubiera criticado a los jugadores por la falta de gol o por la poca asociación, por poner un ejemplo, también sería un problema, también se le criticaría. Porque no nos engañemos, esta selección está lejos del nivel deseado, pero el foco va principalmente en la dirección del entrenador.
Poco se resalta lo más positivo que ha hecho Luis Enrique en esta convocatoria: la apuesta por unas promesas que ya son una realidad. Una apuesta que inicialmente podría parecer arriesgada pero que está dando sus frutos: La respuesta de Pedri especialmente, y también la de Bryan Gil. Buenos mimbres, sumados a otros que también lo serán a medio plazo. Jugadores que por edad deberían haber estado en Eslovenia con la sub21, pero que les toca formar parte del camino a Qatar. Un camino ya de por sí lleno de baches. El primero, el bloque, todavía por definir y, debido al cambio generacional, lejos de aquella selección que fue campeona. Y cuanto antes dejemos de comparar a este equipo con aquel equipo, mucho mejor para todos. Los cambios son señal de que algo no va bien. Lo que funciona es mejor no tocarlo así que si Luis Enrique hubiera encontrado lo que él quiere, dejaría de buscar.
Los cambios, o sus procesos, son largos y requieren paciencia. En el camino a Qatar esta selección todavía tiene que encontrar su camino.
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