Pocos jugadores pueden decir que han llegado a los cuatro dígitos en goles. En realidad, entre los reconocidos, solo dos presumen de ello. Romario lo consiguió en 2007, con el Vasco de Gama, en una victoria por 3-1 frente al Sport de Arrecife. Eran sus cuentas personales, son muchos los que le atribuyen bastantes menos, pero nadie se quiso perder la fiesta y la propia FIFA le reconoció el mérito.
El otro en lograrlo fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. 38 años antes, Pelé alcanzaba los 999 goles ante Botafogo en una gira por Brasil con su equipo, el Santos. Poco después, tuvo que ocupar la portería porque el meta Jair Estevao se lesionó, y la decepción inundó la ciudad de Paraiba, deseosa de formar parte de los libros de historia. Según se dice, todo estaba preparado para que la publicidad fuera máxima los días posteriores.
Y es que la expectación era tremenda. ¿Dónde marcaría Pelé su gol 1000? ¿Quién lo encajaría? El siguiente partido era en Bahía y hasta los aficionados del equipo rival querían formar parte de la historia y ver al crack brasileño alcanzando la mágica cifra. Incluso abuchearon a un defensa que evitó el tanto de Pelé en la línea, al tiempo que lamentaban otro disparo que se estrellaba en el larguero.
El espectáculo acabaría en Maracaná, escenario inmejorable. Vasco de Gama, precisamente el equipo con el que Romario alcanzaría los 1000, lograba rascar un punto y restar protagonismo a O Rei. Sin embargo, el árbitro pitó penalti a favor del Santos, y Pelé agarró el balón. «Yo ya tenía mucha experiencia, había jugado mundiales, pero por primera vez en un partido de fútbol, me temblaban las piernas». El estadio estaba a rebosar y enfrente esperaba un guardameta argentino llamado Edgardo Andrada que ni mucho menos pensaba dejarse el gol. «Me sentí solo contra el mundo. Hasta los hinchas de Vasco iban contra mí», dijo el portero.
Pelé, que ya había puesto en práctica más de una paradinha de las que le enseñó Didí, vio como Andrada se quedaba en el centro y su lanzamiento fue a la izquierda. A pesar de la gran estirada, el gol era inevitable. Todavía quedaba para que terminara el partido, pero el césped se llenó de reporteros y Pelé acabó a hombros de sus compañeros sujetando el balón con las dos manos y envuelto en lágrimas. Se tardó 25 minutos en reanudar el partido.
La polémica también amenazaba la histórica cifra. Según el instituto de estadística e historia del fútbol, La Perla Negra hizo 541 goles oficiales. Un historiador dice que fueron 757. ¿Pero cómo llega Pelé a los 1284 que dice haber marcado? Las cuentas le salen cuando habla de torneos con un combinado del estado de San Pablo, amistosos entre figuras del Santos y Vasco da Gama, exhibiciones de la canarinha, partidos del Sindicato de Atletas de San Pablo, encuentros benéficos y hasta con el equipo del ejército de Brasil. El caso es… ¿Quién va a discutir con Pelé y para qué le vamos a quitar esa alegría?
Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).
You must be logged in to post a comment Login