Para Sebastian Vettel, el sentimiento más grande durante las vacaciones de verano en Europa es el aburrimiento. Pero para el resto de la Fórmula 1, la pausa de un mes hasta el próximo Gran Premio en Spa-Francorchamps es un período vital para afrontar con éxito la segunda mitad de la temporada, aunque también sirve para las gestiones de los equipos pensando en el próximo año.
«Es un tiempo ideal para relajarnos«, remarcó Vettel, líder del campeonato del mundo sobre las cuatro semanas de descanso, después de haber ganado el domingo la carrera de Budapest y haber extendido a 14 puntos su ventaja sobre el británico Lewis Hamilton.
«Me pongo contento de tener un poco tiempo para el aburrimiento, de pasar tiempo en casa y de estar unos días tranquilo en familia», explicó el alemán, cuatro veces campeón del mundo.
Durante las últimas décadas, la Fórmula 1 fue implementando cada vez más las vacaciones de verano. A partir de 2001, la categoría impuso una pausa no oficial de tres semanas. A partir de 2009, aquel pacto de caballeros se convirtió en el llamado Acuerdo de Restricción de Recursos, ya una disposición que todos deben acatar.
En un principio, se había implementado por los inmensos costes. El ex director técnico de Mercedes Paddy Lowe describió la pausa como un innovador «alto el fuego» en medio de una guerra de 245 días. «Es como si el tiempo se detuviera, eso es realmente extraordinario», remarcó Lowe.
Tras los tests de hoy y mañana, Ferrari, Mercedes y compañía están obligados a cerrar sus fábricas por dos semanas largas completas. Hacer pequeños ajustes en los coches está tan prohibido como enviar una comunicación oficial de trabajo. De esa forma, tanto pilotos como mecánicos disfrutan de un descanso a mitad de la temporada.
«Ahora tenemos tiempo para recargar las pilas e ir con energía fresca en la segunda mitad de la temporada», remarcó el jefe de deportes de Mercedes, Toto Wolff. A fines de agosto en Spa, las «flechas de plata» buscarán reducir la distancia que las Ferrari consiguieron en la primera parte de la temporada.
Sin embargo, los jefes de equipos y los pilotos no podrán aislarse totalmente. Todavía falta mucho por aclarar y es tiempo de gestiones y llamadas telefónicas: la pausa de verano es el momento ideal para las negociaciones de los nuevos contratos.
La situación de Vettel podría ser clave para el mercado, ya que su vínculo con Ferrari concluye a final de año. Los movimientos que podrían surgir ante una eventual salida del alemán son inimaginables, aunque tanto la escudería como su piloto estrella esperan poder anunciar su nuevo acuerdo a comienzos de septiembre en Monza, en coincidencia con el Gran Premio de Italia.
Tampoco están del todo definidas algunas asociaciones entre equipos y proveedores de motor. En ese sentido, uno de los que más atento está es el español Fernando Alonso, que también termina su vínculo con McLaren a final de la temporada.
Con su sexto puesto en el circuito Hungaroring, Alonso logró su mejor actuación de la temporada y una de las mejores de los tres años de asociación entre McLaren y Honda. Su celebración en la calle de boxes sentado en una silla de playa, algo que había hecho hace dos temporadas ante una rotura de motor en la Q1 del Gran Premio de Brasil, sobre un mural pintado con esa imagen, resultó muy sugerente: a esta altura de su carrera, un sexto puesto sabe a poco para un bicampeón del mundo.
McLaren parece haber perdido toda esperanza en que los japoneses estén en condiciones mejorar sus motores para la Copa de Constructores. Por eso, desde hace tiempo se especula con que el equipo de Woking cambie su asociación con Renault. Y ante eso, habrá que esperar la reacción de Alonso.
La pausa será tiempo de aburrimiento para Vettel, aunque seguro tendrá temas para ocuparse.