Como norma general ya implantada, Osasuna suma derrotas cada fin de semana. Sin esfuerzo o, por el contrario, dando lo mejor de sí, el equipo rojillo no es capaz de lograr una cierta continuidad positiva ni en el juego ni en los resultados. Sin embargo, el futbol decidió ponerlo todo «patas arriba» y con las dos victorias consecutivas ante el Alavés y el Leganés surgió entre una parte de la afición, por locura que parezca, una pregunta: ¿Y si… nos salvamos?
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La derrota contra el Atlético de Madrid -o, mejor dicho, cómo cayó- el pasado fin de semana devolvió a la realidad un sueño que, quizá, nunca fue real. Osasuna, colista con 17 puntos, es equipo de Segunda División. Los números no lo aseguran de forma matemática, pero sí las sensaciones ofrecidas desde que comenzó la competición doméstica. En realidad, tan solo apareció un motivo por el que pensar que Pamplona vivirá fútbol de élite la próxima temporada: Sporting (22 puntos), Depor (31 puntos) y Granada (20 puntos), por este orden, son los tres equipos que visitarán El Sadar en el final de liga. Sin importar que fuera esperan Barcelona, Valencia y Sevilla.
Se da la circunstancia de que los de Gijón y los andaluces también ocupan las plazas de descenso y el Depor, aunque se encuentra ahora en decimosexta posición, no debe bajar la guardia. En medio, el Leganés (27 puntos) marca el descenso. Ante esta situación, quizá la pregunta deba ser otra: ¿Y si… decidimos quién se viene con nosotros?
A pesar de que para la mayoría tanto el Sporting como el Granada ya no tienen opciones de salvarse también por números, juego y resultados, lo cierto es que lo que para Osasuna se ha convertido en una quimera, para ellos quizá aún se encuentre en estado de milagro. Y en este sentido, el equipo rojillo todavía tiene algo que decir y decidir: Osasuna, el «nuevo» juez del descenso.