No está siendo una Eurocopa de mucho espectáculo hasta ahora. El miedo, la previsibilidad y la igualdad han imperado en todos los partidos por delante de los goles y la diversión. Pero el partido que enfrentó a Italia y Suecia en Toulouse estuvo a un nivel superior de tedio. Y de nuevo se resolvió en los últimos minutos.
De hecho, durante 88 minutos lo más interesante del encuentro fueron las peripecias que hacían algunos aficionados para ver el partido en cualquier situación o las bromas en Twitter sobre la apariencia de Suecia, que en el fondo del estadio de Toulouse que invadían sus aficionados parecían una masa informe de minions.
Antonio Conte sabe lo que quiere y puede conseguir con esta Italia y lo reflejó de nuevo en el partido contra Suecia. Sin embargo, el estilo que en el anterior partido se encontró con un contexto muy favorable dentro del caos táctico belga, contra Suecia se convirtió en un cerrojo para cualquier tipo de licencia creativa. Esto, combinado con la presencia del equipo sueco, anclado en su 4-4-2 rígido y los rezos a Zlatan Ibrahimovic, provocó la muerte del espectáculo para el aficionado.
Buffon-Barzagli-Bonucci-Chiellini continúa siendo un muro inexpugnable, hasta el punto de que Suecia no realizó ningún tiro a puerta. Ambos equipos siguieron así la tónica del primer partido: Italia solo ha concedido dos tiros a puerta, contra Bélgica; y Suecia aun no ha disparado a portería, puesto que su gol contra Irlanda se lo anotó un irlandés.
En el aspecto ofensivo, Italia echó en falta el talento de mediocampo hacia delante, y solo las llegadas de Candreva ofrecían algún tipo de peligro a la bien colocada zaga sueca. Esta vez, ni los apoyos de Pellè ni las llegadas de los volantes Giaccherini y Parolo funcionaron, a excepción de un cabezazo al larguero tras una jugada entre estos dos últimos. Por su parte, Suecia se sostuvo gracias al completísimo Kallstrom en el mediocampo, mientras intentaba aprovechar las bandas -Olsson a gran nivel- tímidamente.
Cuando el 0-0 parecía el resultado evidente, ocurrió lo inesperado. El ‘episodio’ por el que esta Italia resuelve partidos. Esta vez, un saque de banda: apoyo de cabeza de Zaza, muy activo desde su salida, y Éder aprovechó el único fallo de concentración sueco para avanzar sin oposición en diagonal y batir a Isaksson con un precioso disparo. Quedaban un par de minutos para el final. Suficiente.
El partido fue horrible, pero Italia tiene las ideas muy claras y no va a salirse de su guion. Tampoco puede, pero de momento no le ha hecho falta para ganar. Se clasifica para cuartos de final y en los cruces, especialmente gracias a su férrea defensa, puede ser un hueso durísimo de roer. A Italia le falta calidad y talento en ataque. Pero se siente cómoda en el tedio. Que viene el coco.
PUNTUACIONES
ITALIA (3-5-2): Buffon (6); Barzagli (7), Bonucci (6), Chiellini (6); Candreva (7), Parolo (5), De Rossi (5), Giaccherini (5), Florenzi (5); Éder (6), Pellè (4). Sustitutos: Zaza (6), Motta (s.c.), Sturaro (s.c.).
SUECIA (4-4-2): Isaksson (6); Lindelof (5), Granqvist (5), Johansson (6), Olsson (6); Larsson (5), Kallstrom (7), Ekdal (5), Forsberg (4); Guidetti (4), Ibrahimovic (5). Sustitutos: Durmaz (s.c.), Lewicki (s.c.), Berg (s.c.)