REDACCIÓN.- Partido de todo o nada para ambos conjuntos el que se iba a disputar en Stamford Bridge. El 0-0 de la Ida presentaba un duelo maravilloso para el espectador neutral, y de sufrimiento puro para los protagonistas.
El Chelsea debía ganar sí o sí para estar en Lisboa, mientras que un empate a goles o triunfo del Atlético de Madrid daría de forma oficial al fútbol español una final entre dos representantes.
La alineación de Mourinho hacía presagiar un duelo con dominio rojiblanco, con gran parte de los jugadores blues firmes atrás y esperando jugar directo en busca de la clasificación. Sin embargo, pese a la solidez defensiva, el Chelsea salió mejor de lo esperado, pero finalmente se tradujo en un "de más a menos" que les acabó privando del deseado objetivo.
Se adelantarían los locales con un gol de Fernando Torres, quien no lo celebraría. Parecía un golpe sobre la mesa, minutos antes del descanso, pero todo quedó en un condicional. Minutos después, justo antes del pitido hacia vestuarios, llegaría la reacción oficial de los rojiblancos, gracias a un balón suelto dentro del área que daría la igualada con el gol de Adrián.
Los de Simeone lo estaban consiguiendo. El momentáneo 1-1 les brindaba el pase por el valor doble de los goles fuera de casa. Era, entonces, el turno del Chelsea.
Sin embargo, lo que parecía un golpe sobre la mesa con el 1-0 se echó a perder con el 1-1, ya que a partir de ahí el protagonismo rojiblanco (pese a estar clasificados) fue a más. Y acabó consagrándose. Un penalti infantil de Eto'o permitía a Diego Costa colocar el 1-2. Era el paso casi definitivo, el duro golpe que parecía sentenciar todo.
El Chelsea necesitaba entonces 2 goles en algo más de 20 minutos para lograr la clasificación. Pero el segundo tiempo londinense dejó mucho que desear, y fue incluso peor para sus intereses. Arda Turan, aprovechando nuevamente un balón suelto en el área, lograría el definitivo 1-3 que les llevaba a la ansiada y deseada final de Lisboa.
A partir de ahí, poco. Un Chelsea, consciente de que era muy complicado, lo intentaba sabiendo que la épica no siempre es buena compañera. El Atlético, cuando tenía la posesión, controlaba a placer, bajo el impulso de una afición que volvió a no fallar a su cita.
Es un hecho. El Atlético de Madrid es finalista. Habrá final española en la Liga de Campeones.
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