En una noche inolvidable para la NBA, Nikola Jokic ha protagonizado una actuación legendaria al registrar 61 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias en la derrota de los Denver Nuggets ante los Minnesota Timberwolves por 140-139 tras dos prórrogas. Este triple-doble no solo marcó el máximo de puntos en su carrera, sino que también se convirtió en el triple-doble con mayor anotación en la historia de la liga.
Un recital ofensivo sin precedentes
Jokic estuvo imparable durante los 52 minutos que permaneció en la cancha. Encestó 18 de sus 29 tiros de campo y acertó 24 de sus 26 tiros libres, demostrando una eficiencia letal. Su capacidad para liderar a los Nuggets fue evidente en momentos clave: igualó el marcador al final del tiempo reglamentario y del primer tiempo extra con jugadas decisivas. Sin embargo, su esfuerzo no fue suficiente para evitar la derrota.
Un desenlace dramático
El partido tuvo un cierre digno de playoffs. Con los Nuggets liderando por un punto a falta de segundos, Russell Westbrook falló una bandeja crucial y luego cometió una falta sobre Nickeil Alexander-Walker en un intento de triple. Alexander-Walker convirtió dos de tres tiros libres, sellando la victoria para Minnesota. Este error empañó la histórica actuación de Jokic y dejó a Denver con un sabor amargo.
Anthony Edwards lidera a Minnesota
Por parte de los Timberwolves, Anthony Edwards fue el jugador más destacado con 34 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias. Su liderazgo y consistencia fueron claves para que Minnesota lograra su sexta victoria consecutiva, consolidándose como un equipo competitivo en la lucha por los playoffs.
Impacto histórico
La actuación de Jokic reafirma su estatus como uno de los mejores jugadores de su generación. A sus 30 años, el serbio sigue rompiendo barreras y redefiniendo lo que significa ser un pívot dominante en la NBA. Aunque su equipo no logró la victoria, Jokic dejó claro que su juego trasciende las estadísticas y se inscribe entre las grandes gestas del baloncesto.