No hay mejor sensación que alcanzar una meta por la que has luchado durante años. Esto mismo es lo que le pasó a Roberto en el Barça: una lesión de Alves le catapultó a la titularidad en 2015.
Si bien es cierto que el Barça necesita reforzar el puesto de lateral derecho y el de interior, también lo es que no debe caer en el error de desperdiciar a Roberto. El canterano se hizo con un hueco en el primer equipo de forma inesperada, por culpa de las lesiones, pero respondió y se ganó la confianza de todos. Por prestaciones y edad, Roberto no puede volver a ser relegado a la suplencia. Necesita ser importante, sentirse titular, que el club confíe en él.
Ya sea de lateral, como relevo de Busquets o de interior, su polivalencia le define. Precisamente, dicho atributo le convirtió en el comodín de Luis Enrique, con el cuál jugó prácticamente de todo. Ahora, veremos si con Valverde logra repetir. Ante las dificultades que ofrece el mercado, contar un jugador como Roberto en la plantilla es una bendición. Si no llega el ansiado lateral, él está en la pole para ser el titular; si sí termina llegando, él debería ser uno de los dos interiores de partida. Se ha ganado a pulso jugar de inicio.
Sergi Roberto, como bien comentaba Pol Balletbò en Twitter, es el ejemplo perfecto para la Masía. Llegó al primer equipo, chupó banquillo, rechazó ofertas y el tiempo le recompensó. A día de hoy, es intransferible, un pilar básico del equipo. Un homenaje a la paciencia.
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