Luis Suárez se enfadó, pero eso no es raro. Ter Stegen
gritó, pero eso tampoco es raro. A Ernesto Valverde se le pudieron intuir en los
labios varias palabrotas, y eso sí que es raro. No fue por un error defensivo.
No fue una mala decisión en ataque que te cuesta un gol. No se debe a la falta
de actitud de los suyos. No fue nada que sucediese en el terreno de juego. El
‘Txingurri’ miró a la grada.
A nadie le sorprende que en un campo de fútbol se abuchee al
equipo contrario, a la estrella enemiga que siempre te marca, al provocador de
turno que saca el dedito a pasear, a un ex jugador por el que te sientes
traicionado o incluso a un futbolista propio en el que denotas dejadez y falta
de compromiso. Pero nunca a un jugador que lo da todo cada vez que se viste de
corto, que no tiene una mala palabra, un mal gesto, que quiere lo mejor para el
equipo.
Ese ha sido el caso de André Gomes. El portugués tuvo que
ingresar en el lugar de Iniesta cuando aun no se había cumplido la primera
parte de juego en el trascendental encuentro contra el Atlético de Madrid en el
que había media liga en juego. Y sí, es difícil reemplazar a Andrés. Más bien
es imposible. Y André no estuvo acertado, eso es cierto. Como no lo ha estado
casi nunca en el año y medio que lleva en ‘Can Barça’. Pero no se le puede
achacar falta de compromiso.
Su adaptación al juego de posición del Barcelona está siendo
nefasta. En ocasiones realiza el movimiento equivocado, entorpece la
circulación de la pelota o decide mal en el pase. Su actitud denota un jugador
tímido, sobrepasado por la situación y falto de confianza. Los nervios lo
atenazan y el miedo a errar ha convertido al jugador que deslumbró en Valencia
en un mediocentro que casi nunca devuelve una pelota en una situación mejor de
la que recibió, característica de los buenos centrocampistas. Pero un sinónimo
de profesionalidad.
¿Por qué no triunfa?
Por miedo a fallar, a perjudicar al equipo con su acción. Prefiere no
complicarse y ceder atrás la pelota que perderla y que eso pueda suponer un
tanto en contra. Por eso no brilla. Y por si fuera poco difícil adaptarte al
juego del Barça, los abucheos de tu propia afición imagino serán una puñalada
que cese con la poca confianza que el portugués denota en su juego. Que André
juegue así demuestra que no quiere perjudicar y desea lo mejor para el
Barcelona. Y a mí, personalmente, eso me representa. Los que le pitan
demuestran todo lo contrario y lo único que hacen es perjudicar. Y por eso no
me representan. Pero eh, que no lo digo yo; Luis Suárez, Ter Stegen y Valverde
ya lo dijeron el domingo.
You must be logged in to post a comment Login