Los Panthers de Cam Newton, los Patriots de Brady y Belichick, los Broncos y su pass rush, los Packers de Rodgers, e incluso los Bengals del sorprendente Andy Dalton… todos ellos han tenido su cuota de favoritismo durante lo que llevamos de temporada, y no sin razón. Pero hay un equipo que está haciendo las cosas muy pero que muy bien y parece estar alejado de los focos. Cada semana que pasa parecen más sólidos, y ya han ganado partidos a rivales importantes. A estas alturas supongo que ya todos sabéis que estoy hablando de los Arizona Cardinals.
En 2014 tuvieron una gran temporada regular, aunque la lesión de Palmer les llevó a perder la división y, seguramente también, a caer en ronda de wild card contra unos Panthers que no estaban al nivel de los de este año. Lo que comenzó con un 9-1 acabó en un 11-5. Y es que, tras lesionarse también Stanton (QB2), acabaron jugando con Ryan Lindley como titular, lo que acabó con las pocas esperanzas que quedaban en Arizona.
Esperemos que este año les respeten las lesiones, porque la verdad es que da gusto ver jugar a este equipo. Bruce Arians, a quien deben de estar echando muchísimo de menos en Indianapolis, se está consagrando como uno de los mejores head coaches de la NFL. Con esta, sus tres temporadas al frente de los de Arizona cuentan con récord positivo, y el equipo sigue creciendo. Ya nadie se acuerda de aquellos Cardinals perdedores de Ken Whisenhunt.
Arians ha conseguido recuperar a jugadores que parecían ir cuesta abajo o incluso estar cerca de la retirada como Carson Palmer, Chris Johnson o Larry Fitzgerald. Y cuando digo recuperar me refiero a que están jugando a un grandísimo nivel y siendo los líderes de un ataque muy potente. El juego de pase está siendo brillante, posiblemente el mejor de la liga. Jugadores como John Brown y Michael Floyd se han convertido en secundarios de lujo. Y para colmo de los rivales, en las últimas semanas ha comenzado a destacar el rookie J.J. Nelson como nueva arma profunda.
La cosa se complica aún más para las defensas contrarias cuando ven que el juego de carrera de los Cardinals tampoco va a ser fácil de frenar. Chris Johnson está siendo una de las revelaciones de la temporada, y el dúo que forma con Andre Ellington resulta muy efectivo para ese ataque. Difícil parar una ofensiva que balancea tan bien juego terrestre y aéreo.
Tras la salida de Todd Bowles, y pese a tener grandes jugadores en defensa, era una incógnita saber si los de Arizona mantendrían el nivel que consiguieron con el actual head coach de los Jets. Pues a día de hoy pocos le echan de menos. La defensa sigue jugando a gran nivel, con una presión al QB que, pese a no conseguir muchos sacks, sí que resulta muy incómoda y acaba dando sus frutos en forma de turnovers de los rivales.
Y de esa parte se encarga la secundaria, que se está hinchando a intercepciones. No sólo Patrick Peterson, también los safeties Rashad Jonhson y Tyrann Mathieu. Mención especial para este último, un jugador que están en todos lados y divierte mucho ver jugar. Aunque la mayor sorpresa de esa defensa es Deone Buccannon, un safetie reconvertido a linebacker que está rindiendo a un nivel tremendo en su nueva posición.
Los Cardinals no parecen contar mucho en las quinielas, bien porque no son tan mediáticos como otros o bien porque la gente no termina de creérselos. La realidad es que, ahora mismo, tienen a tiro la división y el seed 2 de la NFC, y en caso de conseguirlo jugarían directamente la ronda divisional como locales. Aunque no lo parezca están ahí, el equipo de Bruce Arians es el aspirante en la sombra.