Neymar no atraviesa por un buen momento. El brasileño no rinde como a principios de temporada y al equipo le pasa factura. Esto ha provocado un aluvión de críticas llegándose incluso a poner en duda su continuidad desde sectores afines al barcelonismo. Ahora bien, ¿es justificada tal reacción? ¿Merece Neymar este aluvión de críticas?
Partamos de una premisa básica: cuando el Barça fichó a Neymar, al igual que cuando cualquier otro club contrata a un joven brasileño, el club adquirió el pack completo. ¿Qué implica esto? Pues implica que independientemente del nivel futbolístico mostrado, el jugador no iba a renunciar a su forma de vivir basada en pasárselo bien, salir de fiesta, estar con los amigos, etc. Esto, que cuando las cosas van bien queda disimulado como arte de magia, cuando algo falla se abre la caja de pandora y sálvese el que pueda.
Al mismo tiempo, es importante resaltar que el entorno del Barça siempre ha sido algo autodestructivo. No hay memoria y a la que las cosas van mal hay barra libre para criticar. Insinuar que una venta de Neymar podría ser beneficiosa para el club, como algunos aficionados se han apresurado a decir tras sus últimas actuaciones, es no haber visto muchos partidos del Barça ni esta temporada ni la anterior.
Que Neymar no está a su mejor nivel es tan cierto como que, cuando Messi no estuvo, se puso el equipo a la espalda y tiró de él. O que cuando Suárez estuvo la temporada pasada sancionado, tanto Messi como él tiraron del equipo y lo hicieron llegar invicto al Bernabéu. Las críticas solo tendrían sentido si la temporada de Neymar hubiese sido mala y no lo ha sido. No puede ser que hasta hace mes y medio Neymar iba a ser el mejor jugador indiscutible del mundo tras Messi y que ahora haya que venderlo sí o sí: hay un punto medio, más allá de la evidencia de que un jugador no puede rendir al mismo nivel toda la temporada. El ex del Santos, como sus compañeros, se pasó prácticamente 3 meses y pico, tras el Mundialito, jugando dos partidos semanales y ello, evidentemente, afecta. Se puede cuestionar el actual nivel de Neymar, como el de muchos otros integrantes de la plantilla, pero no se debe ir más allá ni, mucho menos, exagerar.
Ronaldinho devolvió en su momento la sonrisa al barcelonismo, Messi puso al Barça en lo más alto y Neymar debe completar la trilogía. El brasileño debe ser el futuro líder del Barça para completar así un proceso a base de sudamericanos y claramente marcado por el jogo bonito. Neymar es cómo es y viene de dónde viene; por más que se le juzgue no cambiará su forma de ser y, precisamente, eso, su personalidad, es lo que le hace que sea como es como jugador.